Como corresponde a un mercado descentralizado en el que no existe una autoridad regulatoria, no hay estadísticas formales. No obstante la ausencia de un número oficial, se estima que en el mercado argentino existen 2 millones de cuentas para operar con criptoactivos, según distintas fuentes consultadas por Infobae. El auge por comprar y vender criptoactivos hizo crecer en forma exponencial en el último año la oferta de servicios en un país donde las formas de ahorrar son diferentes al resto.

Solo para dar un parámetro que sirva para comparar, en el país existen 12 millones de cuentas con CVU, las cuentas virtuales abiertas en fintech, según datos de Coelsa. La ola de plataformas para comprar, vender y transferir monedas digitales se intensificó con la suba del precio del Bitcoin, la más popular de las criptomonedas, pero no la única. Los expertos recomiendan no destinar más del 5% de la cartera a las cripto, pero la fiebre sigue.

La etapa experimental que todavía atraviesa este mercado lleva a muchos a destacar que la existencia de 2 millones de cuentas no implica 2 millones de clientes activos. La apertura de la cuenta siempre es gratuita y lleva pocos minutos, con lo que es común que un cliente las abra en distintas plataformas para experimentar, ver qué monedas ofrecen y saber cuán amigable es su funcionamiento, en especial para los principiantes.

Distintas voces del mercado coinciden en que entre las apps para operar con criptomonedas que se reparten ese universo se destacan Ripio y Binance, seguidas de cerca por Bitso, que declara haber reunido 375.000 clientes en algo más de un año de funcionamiento. Otros jugadores de relevancia en este mercado cambiante son Buenbit y SatoshiTango.

A la par, los usuarios pueden utilizar otro tipo de billeteras descentralizadas al que acceden con claves privadas y de las cuales no se puede tener un registro.

La existencia de 2 millones de cuentas no implica 2 millones de clientes activos. La apertura de la cuenta siempre es gratuita y lleva pocos minutos, con lo que es común que un cliente las abra en distintas plataformas para experimentar

¿Cuál es el perfil de los ahorristas en Bitcoin? Muy diverso. Se mezclan quienes quieren alternativas para poner su dinero “fuera del radar”, los que pasan por las cripto para hacer el “rulo” y dolarizar sus pesos, los que ya no quieren ahorrar en el sistema financiero y los que se suben, con mayor o menor conocimiento, a la fiebre del Bitcoin. En las empresas explican que en otros países es más complejo convencer a alguien de las ventajas que tiene la migración de ahorrar en moneda común a hacerlo en un activo digital. Aquí, la inflación hizo más tentador adoptar estas variantes.

Para Andrés Ondarra, CEO de Bitso Argentina, el camino recorrido fue inversamente proporcional al que habitualmente se da en el sistema financiero: “Al principio, los interesados en Bitcoin eran especialmente aquella gente joven, familiarizada con la tecnología, que buscaba alternativas para volcar lo que tal vez eran sus primeros ahorros. Paradójicamente, el ahorrista sofisticado tenía cierta desconfianza, en particular porque lo veía solamente como una vía para invertir por fuera del sistema”.

“Con la pandemia, llegó la adopción de las criptomonedas por parte de empresas grandes y se incorporaron distintos perfiles de clientes. Y empezó a generarse mucha liquidez”, señaló Ondarra, que explicó que la cantidad de pesos destinados a comprar Bitcoin en los últimos meses ya equivale a la mitad a lo que mueve la Bolsa porteña.

En todas las operadoras destacan que el principal factor que define la inclinación de los argentinos por el ahorro en cripto resulta, naturalmente, la intención de escaparse de la inflación y el hábito de ahorrar más en dólares que en pesos. Esa tendencia, unida a los controles cambiarios que permiten comprar solamente USD 200 por mes, generó un fuerte desarrollo de las stablecoins, las criptomonedas atadas al valor de una moneda convencional, como el dólar. A diferencia del Bitcoin, estas criptomonedas no tienen la volatilidad que suele quitarle el sueño a muchos ahorristas principiantes.

“Al principio, los interesados en Bitcoin eran gente joven y familiarizada con la tecnología. El ahorrista sofisticado tenía cierta desconfianza. Con la pandemia, llegó la adopción de las criptomonedas por parte de empresas grandes y se incorporaron distintos perfiles de clientes. Y empezó a generarse mucha liquidez” (Andrés Ondarra, Bitso)

“Lo que distingue a la Argentina en relación a otros mercados es la aparición de activos como el DAI, que es mucho más utilizada que el Bitcoin. Los argentinos se inclinan siempre por una cotización ligada al dólar y esa tendencia también se cumple entre quienes ahorra en criptomonedas”, aseguró Emiliano Limia, vocero de Buenbit.

En ese escenario, el DAI, una stablecoin atada al dólar (al igual que otras como USDT o USDC), resulta “una puerta de entrada natural al mundo de las criptomonedas”, agregó.

Tanto auge por las criptomonedas llevó al Banco Central a iniciar un pedido de información. A través de las asociaciones que agrupan a los bancos (ABA, ADEBA, Abappra y ABE) les pidió a las entidades financieras brinden datos que permitan identificar a los clientes “que posean cuentas para tenencia de criotpoactivos o que hayan declarado o se tenga conocimiento que realizan cooperaciones de compra y/o venta y/o gestión de pagos mediante/de criptoactivos”.

Según transmitió una de esas asociaciones, Adeba, a sus entidades afiliadas, cada banco tendrá que informar de cada cliente datos como la CUIT, el domicilio, el número y tipo de cuenta y también los nombres de autorizados para utilizarla. ¿Recopilará el Banco Central la información de dos millones de cuentas?

“Los argentinos se inclinan siempre por una cotización ligada al dólar y esa tendencia también se cumple entre quienes ahorra en criptomonedas” (Emiliano Limia, Buenbit)

Desde la ONG Bitcoin Argentina, en donde convalidan el dato de las 2 millones de cuentas cripto abiertas por argentinos, hablan de “prejuzgamiento” por parte del BCRA y ponen en duda que esté en el ámbito de sus competencias. “Cuando se compran criptoactivos a través de un exchange se opera en blanco. Y el exchange pide información sobre el origen de los fondos, incluso declaraciones de impuestos. Aún sin una regulación, a veces piden más cosas que los bancos”, dijo Rodolfo Andragnes, presidente de la entidad.

“La realidad es que a la larga los exchange van a estar regulados, los estados hacen esas cosas. Y lo cierto es que las criptomonedas son activos mejores que el peso y el dólar. La gente siempre busca alternativas”, agregó.

El origen de la decisión de controlar, según fuentes del BCRA, residió que algunos bancos le consultaron a la autoridad monetaria sobre las regulaciones para operar con criptomonedas. Por tal motivo, el BCRA “está estudiando si es necesaria alguna regulación”.

“Si el objetivo del BCRA es regulatorio, le alcanzaría con saber los volúmenes operados. ¿Para que necesita el central datos que incluyen la identidad?” (Víctor Castillejos)

“Como parte del proceso, se consultó a los bancos para conocer el volumen y profundidad de la utilización o compra de criptoactivos. Es una práctica habitual pedir información a los bancos antes de avanzar en la elaboración de regulaciones. No significa que se vaya a regular sino que se está estudiando si corresponde hacerlo”, agregaron en el BCRA.

Aún con esas salvedades, la intención de controlar ya generó una presentación judicial. El abogado Víctor Castillejos presentó una acción de amparo basada en la normativa de hábeas data y protección de datos personales para impedir que los bancos exijan esa información. Lo hizo a título personal, aunque con aspiración a que se transforme en una “acción de clase”. La presentación recayó en el juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 10, a cargo de Edgardo Correa.

“Si las entidades financieras mandan esa información a un ente público, no se cumplirá con la ley de Protección de Datos Personales”, afirmó Castillejos ante Infobae. “No es función del Banco Central controlar qu hace cada persona con su dinero. Y el potencial de daño es muy alto si llega a haber una filtración de esa base de datos. Si el objetivo del BCRA es regulatorio, le alcanzaría con saber los volúmenes operados. ¿Para que necesita el central datos que incluyen la identidad?”, se preguntó el letrado.