A escasas horas de terminada la marcha de la CGT, el presidente Mauricio Macri resolvió echar a dos funcionarios ligados a distintos sectores gremiales. Uno de ellos, Luis Scervino, ahora ex superintendente de Servicios de Salud, interpretó su salida: "Hubo sectores interesados en ocupar mi lugar de poder".

En una entrevista que ofreció a MDZ Radio, el hombre que supo comandar las obras sociales y las prepagas y que estuvo ligado al titular de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, aseguró que jamás militó para la CGT y defendió su trabajo "técnico" en el organismo encargado de controlar a los distintos prestadores. 

"Me voy sorprendido porque en el año y medio de gestión a Macri le quedó claro que no soy un militante de la CGT ni tengo una aprobación de la marcha que hizo la central ayer", apuntó Scervino

Y continuó: "Soy un militante pero de la seguridad social, soy un técnico con casi 40 años de médico; es decir que la mitad de mi vida me la pasé trabajando en el sector público". 

Al interpretar la decisión del Gobierno de despedirlo, Scervino analizó: "Hay sectores que se han aprovechado de esto para poder ocupar un cargo que maneja un presupuesto importante (10 mil millones de pesos anuales en recursos para las obras sociales sindicales) y que hasta ahora se ha hecho con una transparencia inédita". 

En relación a su vinculación con Lingeri de Obras Sanitarias, el hoy ex funcionario manifestó: "¿Cómo no voy a tener vinculación con él si uno de mis últimos trabajos fue ser director de Obras Sanitarias?; creo, en efecto, que parte de la elección que hicieron conmigo es porque soy alguien que tiene diálogo con toda la dirigencia tanto empresaria como sindical. Eso es innegable". 

"Tengo 40 años de técnico. No milito en la CGT. No tengo ninguna duda que hay sectores que les interesa tomar distintas áreas de poder. Yo, en tanto, me voy satisfecho he tratado de ser lo más ecuánime posible. Me voy muy tranquilo y contento", resolvió. 

Por último, y a propósito de una de las lecturas que se hizo de su despido, acerca de que el Gobierno pretendió quitarle el control de las obras sociales a la central sindical, Scervino se defendió: "Durante mi gestión, se controló hasta el último centavo las gestiones de compra de todas las obras sociales".