Hay que desterrar la falacia de la vocación docente si existen los profesorados para gestar profesionales de la educación como así también desterrar el discurso falaz de que existen mejores docentes que no tienen el título de profesor y son por ejemplo técnicos o profesionales independientes.
Entonces, no le podemos pedir a la población de educandos y aprendices que acepten en el futuro, por ejemplo, que se pueden hacer operar por un ingeniero electricista las arterias, o bien que un arquitecto de la construcción aplique sus mismos principios para hacer una arquitectura del saber en el aprendizaje, o también a un psicólogo que oriente en educación sexual, sin tomar en cuenta la educación familiar y de los profesores en ética, biología o ciencias naturales y sociales, para decir como es una relación sexual o también a un abogado que en materia de conflictos intervenga con una propuesta de demanda judicial en un conflicto escolar mientras se reúne el consejo consultivo de profesores para analizar la convivencia escolar. Esta situación, se inscribe hoy en nuestra realidad donde los países subdesarrollados ven disminuir su calidad educativa día a día, por la ausencia de una cualificación de competencias profesionales que atiende más al sueldo y trabajo que a la docencia profesional específica del ser profesor.
Para dar mayor claridad al respecto diremos que todos somos docentes, e incluso de alma, pero no todos somos profesores.
Si pretendemos dar mayor sustentabilidad educativa a nuestra gestión, entonces considérese a la educación como una profesión y no como una necesidad, como una carrera y no como una opción laboral, como un servicio y no como un simple trabajo, como una vocación y no como una obligación, finalmente como un magisterio y no como albergue de profesionales.
Por esta razón y concebida como un valor fundamental la educación, debe tener sustentabilidad es decir, concebida "como el constante y permanente requerimiento del profesional de la educación cuyo rol orientador permite, juzgar, definir y dirigir con éxito la actividad educadora, propia de quien avalado por su formación en el profesorado de curso y carrera docente enlaza con su ejercicio el ser del hombre con el ser del ciudadano".