La residencia donde se firmó la independencia de nacional.

 

Algunos sucesos históricos de trascendencia los identificamos con los edificios o la arquitectura reinante donde acontecieron los principales hechos. Así por ejemplo la Revolución de Mayo con el célebre Cabildo y el 9 de Julio con la histórica Casa de Tucumán. A propósito de ello, esta residencia fue cedida por doña Francisca Bazán de Laguna. La casa fue adoptada porque tenía las condiciones apropiadas para las sesiones del Congreso, no sólo por su espacio, sino también por el excelente estado de su edificación. En aquella época se situaba en la denominada "calle del Rey", en el núcleo de la ciudad de San Miguel. Previamente se le realizaron una serie de refacciones, como la demolición de uno de sus muros que separaba los ambientes, para lograr así un recinto amplio y acogedor. En cuanto al mobiliario utilizado en las deliberaciones, dicen los historiadores que es probable que la mesa y el sillón presidencial, hayan sido facilitados por el entonces gobernador de Tucumán, don Bernabé Araoz, el resto del moblaje fue proporcionado por el clero tucumano, junto a un crucifijo de la imaginería religiosa colonial.

La residencia fue cedida por doña Francisca Bazán de Laguna. La casa tenía las condiciones apropiadas para las sesiones del Congreso, ya sea por espacio como por el excelente estado de su edificación.

Monumento Histórico Nacional

La casa en cuestión, que luego sería declarada Monumento Histórico Nacional, guarda una rica y peculiar tradición arquitectónica. La majestuosa vivienda constaba de una única planta, con un principal y aristocrático patio, embellecido con naranjos de la región. En su rededor se disponían de un conjunto de amplias y ventiladas habitaciones. Una de ellas, el célebre salón, fue seleccionado por su amplitud, para las históricas reuniones y la declaración y jura de nuestra independencia.

Su construcción data del siglo XVIII, realizándosele una serie de refacciones y agregados a posteriori.

Los investigadores que se han ocupado de su estudio, desde el punto de vista edilicio, expresan que sus características arquitectónicas generales son únicas. Es el caso de su conocido frente, el cual es de signo barroco, con columnas en forma de espiral o caracol. Este estilo tan particular es raro de encontrarlo en otras edificaciones del noroeste argentino. Otro detalle son las dos grandes ventanas, adornadas con rejas voladas. Cabe señalar que luego de 1816, la casa pasó a manos del Estado. En 1903 se dispuso su demolición, excluyendo el célebre salón; no obstante su reconstrucción se hizo respetando la edificación original. 

 

Por Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magíster en Historia