La OMS fue la encargada de advertir sobre el peligro global del Covid-19, por lo que requiere del apoyo de todos.

El mundo necesita líderes coherentes, con andanzas responsables y testimonios veraces, que vivan y se desvivan por hacerlo en serio en cualquier situación que se hallen; y, para ello, hemos de poner espíritu auténtico de donación, cesión incondicional, valor para saltar todas las barreras y valía para ofrecer el mejor ejemplo a partir de uno mismo.

Los tiempos vividos nunca han sido fáciles, necesitan del coraje social colectivo, bajo guías que hayan tomado la enorme constancia de actuar con franqueza, en un proceder de fidelidad a lo armónico y de lealtad permanente hacia sus análogos. Ciertamente, somos gente en camino, cada cual con sus necesidades, dispuestos a mirar hacia el futuro, centrándonos en la misión principal, en protegernos para poder subsistir como linaje. Esta es la línea que hemos de seguir, aunque nos inunden mil incertidumbres, pues la fuerza del planeta ha de residir en su soplo humanístico, que es donde habita realmente la capacidad de discernimiento, para llevar a buen término ese equilibrio general que toda atmósfera requiere para sentirse bien. 

Juntos aprendemos unos de otros y nos ayudamos a salir de cualquier crisis. No hay otro modo para rehacerse, que levantarse como pueblo, abrazados a ese horizonte celeste que nos apiña. Por eso, actitudes como la de Estados Unidos que haya anunciado la suspensión de los fondos, a la Organización Mundial de la Salud, en un período de tantas dificultades, no es una postura muy acertada. Toda unión es poca para los esfuerzos en la lucha contra el coronavirus Covid-19, máxime cuando la citada institución está en primera línea apoyando con orientación, capacitación, equipos y servicios concretos para salvar vidas, especialmente a los más vulnerables. Ojalá se retorne a esa unidad. No hay otra forma de detener esta pandemia y sus devastadoras consecuencias. 

Tras un liderazgo que nos hermane como humanidad, en el que podrá haber diversos enfoques, sí que hemos de ser conscientes de tomar una senda de crecimiento sostenible, no vayamos a ahorcarnos en sociedades putrefactas, endiosadas hasta el extremo de no respetar las diferencias. Creo que es el momento de que prevalezca lo veraz, frente una desinformación sangrante de noticias falsas que nos dejan sin aliento; el turno de los grandes científicos y pensadores, de los hombres de palabra, que son los que verdaderamente han de ganarnos la confianza. Jamás perdamos el respeto entre la ciudadanía, tampoco la defensa de los derechos humanos, y aún menos el aguante, el combate y la vigilancia, el sentido del humor y la luz naciente del verdadero amor. Nadie puede ignorar las injusticias de este mundo. Seguramente todos podemos hacer algo más por el prójimo. Esas voluntades que excluyen, que caminan sin ética alguna, que reducen su vida a un mero consumo, quizás sean los primeros que hemos de recuperar, pues la mentira en la que viven es tan extensiva como cruel, pues suelen terminar sus vidas en deseos posesivos.

 

Por Víctor Corcoba Herrero
Escritor