De acuerdo con los datos de la consultora Economía & Regiones, elaborados antes de los arreglos definitivos, las provincias necesitarán 17.000 millones de pesos adicionales para pagar sueldos de empleados públicos y docentes, si trasladan a sus administraciones el 23,4% de aumento salarial mínimo concedido a los cinco gremios nacionales.

De ser así, el gasto de las provincias por personal ascendería este año a 107.253 millones de pesos lo cual significaría un alza del 19% en el gasto destinado sólo al pago de sueldos del personal. Este análisis llegó a la conclusión de que el resultado de las paritarias nacionales operó "en contra del buen funcionamiento del federalismo fiscal", según expresa el análisis citado.

Estos cálculos fueron hechos un poco antes de que finalizaran las gestiones por el aumento salarial, pero sus números se ajustan a la realidad. No hay dudas de que varias provincias tendrán problemas para cumplir con estas decisiones, pero todavía falta algo. Los gremialistas pidieron, reclamaron y exigieron esos aumentos pero no hablaron de la calidad educativa, de un esfuerzo mayor de la docencia para obtener mejores resultados ni tampoco de cambiar algunas normas que permiten demasiadas ausencias docentes lo cual hace que un cargo se pague más de una vez.

Además, ¿se educa de acuerdo con las demandas culturales e históricas de la época? No. Un alto porcentaje de los programas están perimidos, pero hasta ahora no se habla -por lo menos públicamente- de su reemplazo.

La escuela pública tiene necesidades reales, entre ellas la de ajustar la calidad educativa a toda la programación, responder a través del estudio a las demandas reales de la sociedad y buscar los caminos para que los chicos incorporen lo que aprenden a la realidad cotidiana.

El saber incorpora el conocimiento y su aplicación, lo cual permite el crecimiento integral del alumno. Se debe recordar que la época en la que el alumno estudiaba por cantidades de páginas y repetía puntualmente, ya fue superada.

Y, pasó felizmente porque aquello era ficticio para el realismo de la enseñanza. Por otra parte también ha cambiado el alumnado que se divide entre los indiferentes y los inquietos que desean saber más.

Ese cambio debe ser analizado como un verdadero beneficio.