Seguidores de Guaidó reclaman por elecciones libres en Venezuela.


Estos son días oscuros para la causa de la democracia en América latina. Mientras la dictadura venezolana avanza con medidas para robarse las elecciones legislativas de diciembre y acabar con la oposición organizada, las principales democracias en las Américas, incluyendo Estados Unidos, están haciendo muy poco o nada.


La coalición internacional de casi 60 países que respalda al valiente presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y líder opositor Juan Guaidó está perdiendo fuerza. Se ha debilitado por algunas deserciones importantes, como México y Argentina, y por las declaraciones ambivalentes del presidente Donald Trump sobre Guaidó.


Estos países se abstuvieron vergonzosamente en el voto del 27 de junio de la Organización de Estados Americanos que condenó al régimen de Maduro por designar ilegalmente un Consejo Nacional Electoral progubernamental para supervisar las próximas elecciones de una nueva Asamblea Nacional en Venezuela. Además, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien visitará Washington para una reunión con Trump el 9 de julio, dijo recientemente que está dispuesto a vender gasolina al régimen venezolano por razones "humanitarias".

Países que hasta hace poco apoyaban los esfuerzos para restaurar la democracia en Venezuela, ahora están apoyando tácitamente, si no explícitamente, al dictador Nicolás Maduro.

Los gobiernos de México y Argentina afirman ser neutrales en el conflicto interno de Venezuela, pero en los hechos han reducido su participación en el Grupo de Lima de países latinoamericanos que presionan por elecciones libres en Venezuela.


Pero quizás el revés más serio para la oposición organizada de Venezuela sea la indecisión y ambivalencia de Trump. Como lo dijo su ex asesor de seguridad nacional John Bolton en su libro "La habitación donde sucedió", Trump cambia de opinión varias veces en el mismo día sobre Venezuela. Un día dice que sería "genial" invadir Venezuela, y al día siguiente muestra respeto por Maduro y menosprecia a Guaidó.


Para empeorar las cosas, Trump socavó públicamente a Guaidó al sugerir en una entrevista con el portal Axios.com el 21 de junio que nunca estuvo muy convencido de su apoyo a Guaidó. Axios encabezó su reportaje a Trump con el título "Trump frío sobre Guaidó".


La Casa Blanca trató de controlar el daño un día después, diciendo que EEUU continúa apoyando a Guaidó, pero las palabras de Trump debilitaron políticamente al líder opositor venezolano.


Todo esto es un mal augurio para la democracia en Venezuela y en América latina. Mientras Maduro avanza con su plan de hacer un fraude en las elecciones legislativas de diciembre con su nuevo tribunal electoral progubernamental, hay países que miran hacia otro lado.


El tiempo se acaba. El liderazgo de la Asamblea Nacional de Guaidó es la última esperanza para una solución negociada bajo una fuerte presión internacional para celebrar elecciones libres en Venezuela. Sin Guaidó, una solución política pacífica será mucho más difícil, si no imposible.

Por Andres Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.