Nahuel Luna no dejó que el cuerpo se le ‘enfriara’ para poder cumplir con su objetivo. Ni bien llegó a Vallecito tras haber caminado por más de 12 horas, desnudó su torso para comenzar a subir la escalinata de espaldas. Fue uno de los promesantes que redoblaron el sacrificio para cumplir sus promesas a la Difunta Correa. Esto es lo que se vivió ayer, Viernes Santo, en el paraje al que llegaron más de 20.000 devotos.
Hace 4 años que Nahuel camina desde Chimbas hasta Vallecito para cumplir con la promesa que le hizo a la Difunta Correa cuando a su madre le diagnosticaron cáncer. Este año, además, decidió también subir de espaldas los escalones hasta el oratorio. ‘Cada día le doy gracias a la Difunta por haber salvado a mi mamá de su enfermedad. Por eso con mi hermano caminamos para cumplir la promesa. Yo subo las escaleras de espaldas como sacrificio para que mi mamá siga bien’, dijo el joven.
Luis Calderón también redobló el esfuerzo para que la ‘Difuntita’ siga bendiciendo a su familia. Caminó desde Caucete hasta Vallecito y luego subió de espaldas la escalinata.
Cuando Luis Calderón llegó al lugar donde está la imagen de Deolinda se emocionó y olvidó el dolor de los raspones y lastimaduras que le provocó la subida. ‘Este sacrificio es para darle gracias a la Difunta porque mi familia está bien y para rogarle que siga así. No me importa el dolor, sino mostrarle mi fe en ella’, dijo el hombre.
Que todos los miembros de su familia tengan salud y trabajo es una ‘gran bendición’ que le concedió la Difunta a María González, que ayer llegó desde Córdoba y subió 3 veces la escalinata de rodillas. ‘Estamos en una época tan difícil que tener salud y trabajo ya es un montón. Espero tener fuerzas para realizar la tercera subida de rodillas’, dijo la mujer mientras subía por segunda vez.
Haber podido cancelar todas sus deudas económicas fue algo que Fabiola Baca pensó que jamás lograría hacer. Lo hizo, y por eso también quiso duplicar su esfuerzo para darle gracias a la ‘Difuntita’. Tras caminar desde el oratorio de Caputo, subió los escalones de rodillas. ‘No hay esfuerzo suficiente para cumplirle a la Difuntita por la bendiciones que nos da. Siempre le voy a estar agradecida’ dijo la mujer.
Hasta el mediodía de ayer, unas 20.000 personas llegaron a la Difunta Correa para demostrarle su devoción, según dijo Iván Kadi, administrador del oratorio. Se sumaron a las 15.000 que lo hicieron el Jueves Santo. ‘Creemos que es la primera vez que tanta gente visita la Difunta durante el Jueves Santo, ya que normalmente lo hace el Viernes Santo. Así que durante ambos días hubo mucho movimiento en el lugar’, dijo Kadi.
Mientras muchos fieles colmaron la escalinata para llegar hasta el oratorio, otros visitaron cada una de las capillas del paraje y el Museo para poder recorrerlo con tranquilidad y ver lo que atesora antes de que el lugar se colmara de gente. También se dedicaron a observar las nuevas instalaciones que ya ofrece la Difunta como la galería comercial totalmente renovada y el puente peatonal que une la Terminal de ómnibus con el sector de asadores.
>Fieles bendecidos
El sacerdote Orlando Sánchez se instaló en la salida del oratorio donde está la imagen de la Difunta Correa para bendecir a cada devoto que así lo quisiera. Tras hacerles la señal de la cruz en la frente y encomendarlos a Dios, los roció con agua bendita.
>Vuelta sin demora
A las 8,30 de ayer, la Senda del Peregrino se colmó de ciclistas y gente a caballo que a esa hora ya emprendieron el regreso a su casa, tras haber cumplido la promesa de llegar hasta el oratorio. La vuelta temprano fue debido a las bajas temperaturas de ayer.