El “29″ de cada mes está marcado a fuego en la mente de los argentinos casi como si fuese una fecha patria. Lo cierto es que este día se encuentra a la altura de un 25 de mayo o 9 de julio. No por la festividad en sí, sino por lo que se come, los ñoquis. Así como solemos comer pastelitos o locro, este tipo de pasta se ha vuelto toda una tradición mensual. Paraguay, Uruguay y Chile son otros países de la zona que también llevan a cabo esta costumbre.

En Argentina, existe una enorme descendencia europea. Específicamente italiana debido a la inmigración de fines del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, muy pocos conocen el origen de “comer ñoquis” los 29 de cada mes.

La versión más difundida refiere a un santo llamado San Pantaleón de Nicomedia. Un joven medico que se había convertido al cristianismo y se dedicaba a peregrinar por la región norte de Italia. Las leyendas cuentan que cuando transitaba por Venecia, se cruzó a un par de campesinos y les pidió un poco de pan. Pero ellos decidieron invitarlo a cenar.

Curiosamente, lo que comieron los campesinos y Pantaleón, fueron ñoquis. Exactamente, todos comieron siete de ellos. Y a modo de agradecimiento, el santo les prometió un año de “pesca y cosechas excelentes”. Cuando se fue, ocurrió un milagro: la familia encontró monedas debajo del plato.

Cuál es la tradición de los ñoquis del 29

A partir de este momento, surgió una fuerte tradición que consistía en juntarse todos los día 29, de cada mes, a comer ñoquis. No sin antes colocar dinero debajo del plato.

Tanto la fecha, como poner dinero debajo del plato, e incluso respetar la cantidad de siete ñoquis por plato, se sigue respetando a raja tabla. Siendo una de las tradiciones más fuertes, no sólo en Latinoamérica, sino en el mundo entero.

Por qué se pone plata debajo del plato de ñoquis

La acción de poner plata “debajo del plato de ñoquis” proviene de la comunidad italiana, que tenía una enorme influencia en el movimiento obrero argentino. Los trabajadores con mejores ingresos solían ayudar a los menos afortunados y les invitaban un plato de esta icónica pasta.

Al mismo tiempo, la tradición de dejar plata bajo el plato se hace para que los invitados también pudieran llegar a fin de mes. En lo que era un claro acto de solidaridad entre clases.