A pesar de ser la zona más fría del continente, la Antártida oriental es más vulnerable al cambio climático de lo esperado, según un estudio publicado en la revista Nature Climate Change y realizado por climatólogos de las universidades de Utrecht (Países Bajos) y de Lovaina (Bélgica). Los autores del estudio centraron gran parte de la investigación en un cráter de unos tres kilómetros de diámetro detectado en la plataforma de hielo denominada King Baudoin, en el este de la Antártida, que estaría poniendo en riesgo otra gran parte de la superficie.

 

 

El cráter fue localizado por primera vez en 1989 gracias a imágenes tomadas por satélites, pero hasta ahora no había sido investigado. De hecho, los medios de comunicación le atribuyeron la causa a un meteorito, pero los autores se muestran convencidos de que se trata, en realidad, de una prueba del derretimiento del hielo.

 

El equipo de investigación descubrió bajo las capas congeladas un lago producido por una grieta similar a un molino glaciar. Una fractura por la que fluye el agua derretida hacia el océano. Este fenómeno sorprendió a los investigadores ya que los molinos glaciares normalmente se observan en Groenlandia y no en placas de hielo.

 

Una vez analizado el cráter, el equipo siguió revisando la zona este de la Antártida y descubrieron más lagos ocultos bajo el suelo helado, algunos con varios kilómetros de diámetro. Esta serie de hallazgos les hizo entender a los investigadores que la capa de hielo de la Antártida oriental, con temperaturas muy inferiores a la zona occidental, también está sufriendo los estragos del calentamiento global a pesar de que hasta ahora habían sido ignorados.

 

Las proyecciones de los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU en esta zona del globo todavía generan dudas. "No obstante, hemos descubierto que en algunas regiones del este de la Antártida existe un microclima donde el hielo es extremadamente sensible y se derrite más rápido de lo que creíamos", explicó Stef Lhermitte, una de las autoras de la investigación.

 

 

De acuerdo con su informe, el cambio climático está generando en zonas del este un viento fuerte y persistente que transporta el aire caliente y seco para esta zona arrastrando la nieve superficial lejos. Esto conlleva que las plataformas de hielo absorban más calor del sol y se creen puntos con temperaturas lo suficientemente altas como para fundirse.

 

La preocupación de los científicos reside en las capas de hielo terrestre. "Si se derritiera este hielo se elevaría el nivel del mar provocando consecuencias muy graves", según advirtió Lhermitte.