Prácticamente desnudo, inmóvil, sentado en una suerte de sillón reclinado, dentro de una caja de vidrio transparente que llega a tener 80 grados, Yann Marussich respira lentamente. El ambiente en penumbras, su cuerpo iluminado. Pausadamente sus ojos se abren y cierran. Poco a poco comienza a exudar un líquido azul. El fluido sale por sus poros, por su nariz, por su boca, por sus lagrimales, y va "pintando" su cuerpo. La gente lo observa, intrigada. Pero más que el "¿cómo lo hace?" que podrá pasar por muchas cabezas, lo que al reconocido artista francés le importa es lo que propone con eso: compartir un viaje íntimo a través de su propio cuerpo. Esto es Bleu Remix, que el domingo próximo se exhibirá en el Teatro del Bicentenario, en el marco de la segunda Bienal de Performance que se realiza en Buenos Aires, y de la que San Juan es sede nuevamente.  

Tal como explica la curadora Anne Rochat, el artista eligió el azul porque "es un color que se relaciona con la sabiduría, la serenidad y los sueños", y se refiere "a la vida, a las travesías y los descubrimientos en sentido literal y figurativo". De este modo, "está omnipresente entre nosotros, pero no existe dentro de nuestros cuerpos". Una vez visible, el líquido azul -que "expresa" al hombre- "lleva al espectador a una experiencia humana que alcanza lo sobrenatural", para "sacudir los sentidos", dice el texto sobre esta performance creada en 2007, secuela de Bleu provisoire, que data de 2001. 

"Muestro aspectos que frecuentemente se esconden en nuestra sociedad: un hombre no llora en público y el sudor no se muestra. En cambio yo tomé esos fluidos para darles un lugar de belleza", dijo en diálogo con La Nación el performer sobre esta obra que recibió el premio Ars Electronica 2008 en la categoría Arte híbrido, que está entre los 55 proyectos que llegaron a la Bienal y que abrió la atrapante megamuestra. Radicado en Suiza, Marussich, de 51 años, se hizo conocido como bailarín y coreógrafo contemporáneo, enfocado en las nuevas tendencias. Dirigió el Teatro l’Usine de Ginebra, fundó ADC Studio y comenzó a involucrarse en el mundo de las performances individuales, "aburrido de la danza y el teatro que son mundos con muchas reglas". "Quería proponer algo diferente a la danza. Pensar qué movimientos puede haber cuando el cuerpo está inmóvil: son movimientos de adentro hacia afuera, como fluidos, y otros involuntarios, como el parpadeo o el latido del corazón. La inmovilidad, en mi caso, es la posición donde siento más movimiento dentro mío", agregó al matutino nacional. 

Pero… ¿cómo lo hace? Volverá -de todos modos- a preguntarse la gente. "Es un secreto" fue la respuesta seca que dio a La Nación el artista, que sí confesó que lograr la técnica le llevó dos años de investigación con médicos y químicos; técnicas de respiración y preparación física. Aunque en esa charla, el francés también dio muestras de su buen humor: "¿Toma medicinas especiales?", insistió el periodista. "Pitufos", respondió. 
 

Arte vivo. El performer en la cabina, o "jaula" donde se produce el fenómeno que ya recorrió una treintena de países en Europa, América y Asia.   

 

Blue Remix, con Yann Marussich, se verá el próximo domingo a las 19 en el hall del Teatro del Bicentenario. Entrada libre y gratuita.  

 

Para conocerlo y aprender 
 
Después de brindar su performance, Marussich brindará un workshop en la provincia. Será del martes 30 de mayo al 3 de junio, de 9 a 12 y de 14 a 18, en el Teatro del Bicentenario. Destinado a artistas escénicos y a estudiantes de arte (actores, bailarines, performers), la temática está relacionada con la construcción dramática y práctica de la performance, con énfasis en los límites del cuerpo y en el "solo", como metodología de creación. Las inscripciones deben realizarse en el Teatro del Bicentenario, personalmente o al mail audiciones.teatrobicentenario@gmail.com.