Es como siempre. Lo mejor de cada Mundial está entre esta noche y mañana. Las grandes emociones. Los partidazos. Los choques jugados a cara de perro. Las dos caras después de cada partido: la felicidad plena o la amargura lógica. Hoy "larga" el Mundial reservado para los grandes. Es cierto. Se trata de la categoría Sub-19 del hockey sobre patines pero a decir verdad eso desde esta noche casi que ni se piensa. Dos grandes partidos. En especial el que a todo el "Cantoni" le va a interesar más: Argentina- España. Claro, el otro (Portugal-Italia) servirá para que también arroje un finalista que mañana estará jugando por el título.

La lupa de todos en el coliseo mayor de la provincia estará en esa revancha, si se quiere, que buscará la Selección argentina frente a su par de España. Es que esta noche los chicos de la Albiceleste tratarán de vengar aquella derrota en la final de los Juegos disputados en Barcelona, hace tres años atrás.

El único "sobreviviente" de aquella caída es Joaquín Olmos, hoy una figura consagrada en el plantel argentino que en Barcelona tenía apenas 16 años. También lo es el cuerpo técnico encabezado por "Juanma" Garcés, que vio cómo el resultado cambiaba de dueño. Igual, todo el plantel buscará hacer valer su localía. Para eso hará falta que los que ocupen lugares en el "Cantoni" tengan un aliento sostenido. Los chicos lo necesitan.

La habilidad de Giuliano Giuliani, el poderoso tiro de Joaquín Olmos y la permanente movilidad del resto aparecen como la principal virtud de un equipo que responde ante cualquier circunstancia, como cuando perdía frente a Chile y lo dio vuelta con categoría y efectividad.

España también tiene lo suyo. No en vano está invicto (igual que Argentina y Portugal). Pero, a esta altura, hablar de poderíos y de posibilidades es una lotería. Son equipos parejos y la victoria puede quedar para cualquiera. No existen los favoritismos. La otra semifinal Portugal-Italia es de idénticas características. Puede ser para cualquiera. Por algo llegaron hasta donde están.