Fin de un ciclo. Cortina abajo para una actuación mediocre. Hasta triste si se le mete mano a la historia. La Selección Argentina quedó afuera del Mundial en los octavos de final. Demasiado antes de lo que los propios antecedentes lo marcan. Pero esperable si se tiene en cuenta lo que esta Selección contagió. O hizo. O pretendió.
Francia fue su verdugo. Le ganó bien. Lo eliminó haciendo valer sus cualidades. Pese a que históricamente los galos fueron etiquetados como "pechos fríos’ tuvieron la suficiente capacidad inclusive para dar vuelta un tablero desfavorable.
Esta eliminación argentina va mucho más allá del partido con Francia. Esta eliminación es fruto del disloque que reina en el fútbol argentino. Que nace de una AFA poco clara en sus decisiones. Una AFA que fue a contratar a cualquier costo a Sampaoli como técnico y que ahora hasta parece arrepentida. Una AFA que admite todavía el formato de 28 equipos (nació con 30) en su fútbol de Primera División. Una AFA que hizo una votación para elegir presidente y terminó empatada 38-38 cuando la cantidad de votantes era impar por lo tanto era imposible que terminara igualada.
Si hasta los medios periodísticos tratan de tener incidencia. Porque nadie puede negar la lucha de intereses. Con un TyC que trata de entrar como sea en el paquete de dominan TNT y Fox manejando la Superliga. Todo un tema de economía pura que termina incidiendo en decisiones que después repercuten en los distintos planos.
Muchas cosas para llegar a esta eliminación. En el Mundial de Brasil -año 2014- el técnico del seleccionado argentino era Sabella. Cuando éste se va, llega el "Tata’ Martino, con quien el equipo Albiceleste cae en las dos finales por Copa América. En la del 2015 en Chile y en la edición Centenario de Estados Unidos en el 2016. En ambos casos frente a Chile.
El duro golpe de esas dos caídas marginan a Martino. Llega el "Patón’ Bauza para hacerle frente a las Eliminatorias. La situación va mejorando pero vuelve a caer. Entonces destituyen a Bauza y buscan desesperados al salvador Sampaoli. Tres técnicos distintos en menos de cuatro años. Algo que nunca pasó en la historia del fútbol argentino.
756
Lionel Messi eleva a 756 minutos su sequía goleadora en rondas eliminatorias. Ni en el Mundial de 2006, ni en 2010, ni en 2014 logró anotar un tanto más allá de la fase de grupos.
No hay que olvidar que luego de finalizada la segunda Copa América, Messi, desencantado, renunció a la Selección. Después, por propio peso de las circunstancias, volvió para seguir encarando las Eliminatorias. Y en ese otro lapso, el plantel, enojado por un mal trato a Lavezzi, rompió relaciones con la prensa y no dio más notas.
Todo era tormenta. Pareció salir el sol con la clasificación al Mundial en ese día glorioso de Messi que le clavó tres goles a Ecuador y todos prepararon las valijas para Rusia.
Y ya en pleno Mundial, las dudas, los vaivenes. Los desencuentros entre jugadores y cuerpo técnico. Empate con Islandia. Derrota ante Croacia. Y otra vez el sol en el horizonte con el triunfo sobre Nigeria que sirvió para clasificar a octavos y reforzar la esperanza.
Un espejismo. Porque Francia dejó en evidencia los errores defensivos del equipo y terminó eliminándolo. Con Mbappe y Pogba notables. Con Griezmann efectivo. Y con la frescura de un plantel joven. Que no está inmerso en tantos problemas como el nuestro.
Llegó la época de cambios. La etapa de transición típica de este final de ciclo. Ha terminar con ésta desorganización. A organizar con letras mayúsculas el futuro del fútbol argentino.