
River Plate igualó ayer 0-0 con Rosario Central en el estadio Monumental, por la 26ta fecha del torneo de Primera División y perdió la chance de acercarse a Boca, líder del certamen, con el agravante de que dejó de depender de sí mismo. River no hizo un buen partido cuando necesitaba quedarse con los tres puntos para que sus chances de campeonato dependieran de sí mismo, ya que si ganaba y el próximo miércoles vencía a Atlético Tucumán como visitante, hubiera superado a Boca en la cima del campeonato.
En un Monumental casi lleno pese al frío y la lluvia, River, que quería volver al triunfo tras la derrota en la Copa Libertadores frente a Independiente Medellín, estaba ante una prueba interesante, ya que Central iba en búsqueda de su tercera victoria consecutiva. Pero el verdadero desafío para el Millonario era seguir con la racha de tres victorias al hilo en el torneo para acercarse a Boca, tras el empate del sábado de su clásico adversario con Huracán, que les dio la posibilidad a los dirigidos por Gallardo de superar al xeneize en caso de ganar los dos encuentros.
El local asumió el protagonismo en un primer tiempo por demás cerrado, muy táctico y muy trabado, mientras la visita concentraba sus fuerzas en defensa. Gonzalo Martínez, Ignacio Fernández y Sebastián Driussi, los encargados de intentar desnivelar en el equipo de Nuñez, en ningún momento inquietaron a la defensa rosarina.
Con el correr de los minutos fue creciendo la visita, sobre todo porque el uruguayo Washington Camacho, Federico Carrizo y Gustavo Colman empezaron a gravitar a la espalda de Leonardo Ponzio. Aunque el segundo asistente Cristian Navarro le cortó erróneamente dos mano a mano por supuestas posiciones adelantadas, una al principio del partido de Marco Ruben y otro de Camacho a los 27, Central se encargó de generar peligro y llegadas claras sobre el arco de Augusto Batalla. La escena más clara la tuvo a los 34, tras un saque largo de Diego Rodríguez que peinó Ruben y le cayó al colombiano Teófilo Gutiérrez, quien hizo pasar de largo a Maidana y remató con poca fuerza, lo que le permitió a Batalla despejar largo hacia su izquierda. River carecía de frescura y se veía maniatado por el planteo del rival, y por momentos hasta dejó de lado su juego habitual para tirar pelotazos.
En el segundo tiempo, una vez que mermó el rendimiento físico de Central y pudo el local disponer del balón, nuevamente no aparecieron en su medida sus cartas ofensivas, aunque de todos modos tuvo sus chances y fue superior. A los 7, Driussi tuvo en sus pies la chance con mayor peligro, pero su disparo conmovió la base del poste derecho. Recién a los 32 se volvió a aproximar el equipo del Muñeco, con una jugada que se elaboró de izquierda a derecha en la que Rojas habilitó a Alario, quien se metió al área y sacó un tiro a quemarropa que Diego Rodríguez logró enviar al córner. En ese tiro de esquina, Fernández cabeceó para Driussi y el delantero, con otro cabezazo, le falló al arco y la pelota salió cerca. El empate sumó más en la visita que en el local, que aunque le gane a Atlético ya no dependerá de sí mismo.
El resumen
1-Orden
En esa primera etapa el equipo de Marcelo Gallardo chocó una y otra vez con el equipo rosarino que bien parado en la cancha, rápido y con despliegue -con Javier Pinola como estandarte en la última línea- cortó los circuitos de fútbol del local.
2-Falto de juego
River no supo romper esa hegemonía del Canalla. Careció de juego y sufrió demasiado la ausencia de Ignacio Fernández, su máximo gestor, y Gonzalo Martínez, otro de los ausentes. Central siguió cerrandose bien, sobre todo las proyecciones de Moreira y Mayada.
3-Conformismo
Con la mejoría notoria de River generando ocasiones claras pero careciendo de definición, Central bajó su intensidad en la concentración y comenzó a conformarse con el resultado. River observó cómo los minutos se fueron como agua.
