Pasó el Panamericano de Ruta 2018 en San Juan y en el balance quedan muchas más cosas positivas que negativas. Si en algo se destacó el certamen fue en el nivel competitivo. Argentina y otros países, como Cuba, Chile y Uruguay pusieron lo mejor en cada carrera. A Colombia le alcanzó para brillar con lo que podría ser su tercera selección. En tanto que el resto se las ingenió para sacar agua de las piedras, como Estados Unidos, que con dos ciclistas quedó en el top-5 del medallero y países de escasa tradición como Guatemala y Honduras se llevaron un bronce.

La organización, con la experiencia adquirida en las dos Vueltas a San Juan, rozó lo impecable. Puede objetarse alguna lentitud en la distribución de la información previa por la gente contratada por la Facpyr, tema que complicó la aceitada tarea del departamento de prensa de la Secretaría de Deportes. Un ejemplo de la falta de rigurosidad periodística fue que en listado de la prueba en línea elite, se entregaron planillas con ocho ciclistas dominicanos, cuando sólo corrieron seis.

Un tema aparte fue el público. El Panamericano ratificó que los sanjuaninos somos "especiales". San Martín juega en Primera y sólo llena el estadio cuando juega contra algún grande. Algo similar ocurrió con el torneo que terminó anteayer. La gente no respondió a la convocatoria. En los finales de la Vuelta a San Juan se vio mucho, bastante, más público en la Avenida.