Drama. Daniel Carrizo mientras cuenta el drama por el que está pasando. Para ayudarlo hay que acercarse por su casa, pues no tiene teléfono. Dijo que le gustaría tener nuevos muebles y pájaros.

Daniel Carrizo (60) lleva una dura vida a causa de sus problemas de depresión. Y, como si fuera poco, ahora sumó un nuevo drama por culpa de un incendio en su precaria vivienda que destruyó gran parte de sus cosas, incluidos los más de veinte pájaros que lo ayudaban a mitigar su enfermedad.

Su consuelo quizá es que la puede contar, porque según su relato estuvo muy cerca de quedar sepultado bajo las llamas. "Me sacó el vecino de enfrente por una ventana de la pieza. Ese muchacho me salvó, yo ya casi no podía respirar por el humo, estaba ahogado", dijo mientras con mirada triste sacaba al fondo las jaulas con los pájaros, que quedaron duros como piedras. "Había benteveos, cardenales, cotorras, zorzales, boquenses, chamuchinas... se me murieron todos, no me quedó ni uno. A mí me gustaba ponerme a escuchar cuando cantaban, me entretenía con eso", se afligió.


El desgraciado siniestro ocurrió durante la madrugada de ayer, minutos después de las 2, en la precaria casa de adobe con techo de palos y cañas donde Carrizo vive solo, ubicada en la calle Gobernador Rojas, metros al Sur de Agustín Gómez, en el interior de la Villa Paolini, en Pocito.

Según se relato, todo se desató a causa de una vela que encendió para poder darle de comer a los perros, porque no tiene luz. Dijo que la puso sobre la heladera, en el comedor, y se sentó en una silla de una pieza, con la poca fortuna que se quedó dormido. Al parecer, la vela se cayó y en cuestión de minutos la casa era un infierno.

Un vecino rescató a la víctima al sacarlo por una ventana. Se salvó por poco, dijo.

Además de los pájaros, cuyos últimos quejidos y aleteos hacían todo más dramático, las llamas terminaron con lo poco que tenía el hombre, como algunos muebles, una heladera y algo de ropa. También dañó parte de una moto Daelim 50 cc. Los que evitaron que la cosa pasara a mayores fueron los Bomberos del Cuartel de Rawson.

Carrizo es pensionado y le cuesta hablar de su enfermedad, pero deslizó que le pegó mucho la muerte de su madre. Tiene hijos, pero está separado. Ayer pasó la noche en una pequeña pieza construida en el fondo de la casa, donde afortunadamente el fuego no llegó. "Aquí me las arreglo, aunque me gustaría conseguir algunos muebles y también poder tener nuevos pájaros", concluyó, con cara de angustia.