Dos hermanitos que jugaban con un encendedor ayer en la siesta dentro de su casa, en Santa Lucía, desataron un incendio que dejó a toda su familia en la calle. Sin querer prendieron fuego al colchón de la cama de su madre, que alcanzó a escapar, pero después las llamas arrasaron con la vivienda y un departamento contiguo. Sólo una habitación se salvó. Las once personas que vivían ahí perdieron hasta su ropa.

Fue en la siesta, cerca de las 16. Casi todos descansaban en esa casa de Larraín al 2052 en Bº Las Viñas, Santa Lucía. Don Carlos Sawade y Beatríz Díaz, los dueños, dormían en su dormitorio. En otra pieza, hacía lo mismo su nuera Laura, con sus dos nenes -de 5 y 6 años- que aparentemente andaban jugando. Diego Sawade, el papá de los chicos, estaba trabajando. Su hermano Carlos, que es soltero, también había salido. Y en el departamento construido al lado, Enrique Sawade -el hijo mayor-, su esposa Silvia y sus dos chicos, recién se recostaban.

"Mi cuñada Laura estaba durmiendo y los niños andaban jugando en la pieza con un encendedor. La cosa fue así. Uno de ellos parece que no tuvo la mejor idea que prender fuego al colchón y empezó a quemarse la cama", relató Silvia.

Laura se levantó y quiso apagar el fuego, pero en su intento se quemó levemente el rostro y el pelo, contó un familiar. Sus dos hijos corrieron a pedir ayuda. Los primeros en llegar fueron Enrique y Silvia. Esta última, tiró un baldazo de agua, pero no alcanzó. En su desesperación rompieron las ventanas porque el humo comenzaba a embolsarse.

"No lo pudimos parar. El fuego era incontenible, fue cuestión de segundos. Agarró todo ahí atrás, después la galería y mi departamento", relató Enrique, quien sacó a sus dos nenes y a su mujer. Laura y sus hijos también escaparon, igual que don Sawade y su esposa que salieron con una computadora y el colchón a la vereda. De todas formas, el dormitorio del matrimonio mayor fue el único lugar dónde no llegó el incendio, aunque el humo dejó sus huellas. En las otras dos habitaciones, el baño, la cocina, y en el departamento de su hijo mayor, el fuego hizo estragos. Se quemaron las camas, otros muebles, electrodomésticos y toda la ropa. Un completo desastre para los once integrantes de esa familia, que anoche buscaron refugio en casa de otra hija.