Había terminado de cenar con su esposa y estaba en los últimos trámites antes de ir a la cama, cuando se le dio por sacar la basura a la calle. Eran las once y media de la noche del sábado, cuando el enólogo jubilado Elías Daroni (75) alcanzó a ver a tres sujetos por la vereda de su casa en la Villa Pontoriero, Capital. No les dio importancia, hasta que cruzó de vuelta el portón del fondo y se le fueron encima, de sorpresa: uno lo empujó y lo tiró en el césped, mientras le exigía plata apuntándole con una pequeña pistola. Daroni les dio unos $500 que tenía en el bolsillo pero los ladrones querían más y lo metieron a su casa. Entonces su esposa también terminó encañonada, y ambos debieron atravesar el drama de la amenaza armada agitándose en sus cabezas. Fue ahí que Daroni no dudó en decirles que tenía más plata, unos $17.500 que ni siquiera eran suyos, porque parte de ese dinero era de un alquiler que debía entregarle a su hermano; el resto era del Rotary Club que integra.
Entre 5 y 10 minutos tardó ese golpe que Daroni nunca hubiera querido. “Siempre pensaba que el día que roben en mi casa no me gustaría estar, por el miedo a que te den un tiro pero no me salvé. Encima que me pasó, ahora hay que agradecer que no nos hicieran nada”, dijo el jubilado, que ayer lamentaba la sustracción de una cámara de fotos por el material que guardaba. Luego de revolverle todo en su vivienda, también le llevaron un televisor de 48 pulgadas y una filmadora.
Es la segunda vez que Daroni sufre un asalto: en 2001 había sido víctima de una salidera cuando sacó un préstamo del banco Nación y en el camino a depositarlo a otro banco para cancelar una deuda, se los robaron y lo tumbaron al piso cuando persiguió al ladrón.
El jubilado suponía que el ataque del sábado a última hora, fue al voleo. Pero estaba molesto por la inseguridad en la Villa Pontoriero: “A varios vecinos les robaron acá… a mi hija, que vive cerca, ya le robaron como 6 veces… créame que así no se puede vivir”, aseguró.