El bloque se llama Frente para la Victoria-PJ, el sello que usó todos estos años el peronismo en el Senado, hasta que la semana pasada Miguel Angel Pichetto anotó el Bloque Justicialista como un espejo del peronismo territorial y anti K que desde enero de 2016 existe en Diputados.

El truco de la denominación no es menor: anima el argumento político K -aunque parece una comidilla de entrecasa, una picardía entre "compañeros"- de que fue el rionegrino Pichetto el que abandonó el redil peronista y no Cristina la que se apartó del PJ, aunque haya competido justamente por fuera del partido.

Por lo pronto, ayer la ex presidente quedó integrada a un bloque de ocho miembros, siete de ellas mujeres, cuyo presidente será el único caballero de la mesa, el neuquino Marcelo Fuentes, el senador que a fines de 2016 encarnó la resistencia contra la reforma política y el voto electrónico que terminó en el fracaso, al menos hasta ahora, de aquella iniciativa clave para Mauricio Macri.

"Somos ocho legisladores, la tercera fuerza de la cámara, pero contra la reforma previsional votaron 24 senadores", dicen desde el bloque de Cristina para preparar el terreno sobre empatías y coincidencias futuras.

Además de la ex presidente y Fuentes, la bancada estará integrada por la Ana Almirón (Corrientes), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), Nancy González (Chubut), Ana María Ianni (Santa Cruz), María Inés Pilatti Vergara (chaco) y María de los Ángeles Sacnun (Santa Fe).

Con esa integración, la bancada FpV-PJ tendrá derecho a ubicar un vicepresidente del cuerpo mientras el interbloque Argentina Federal -mismo nombre que la "liga de gobernadores" registró en la Cámara Baja- enumera 25 votos integrados.

Quedan, sueltos, otros jugadores: los santiagueños que reportan a Gerardo Zamora, los misioneros que capitanea Maurice Closs y los puntanos encabezados por Adolfo Rodríguez Saá que a pesar de la alianza electoral de 2017 entre Cristina y los hermanos puntanos, no se expresó en pertenencias compartidas en cuando a bloques legislativos.