En el último día de paro de los 3 que llevó a cabo el Sindicato Médico, el conflicto salarial que mantiene con el Gobierno recrudeció y se vivieron momentos de tensión en el Hospital Rawson, el epicentro de la disputa. Los sindicalistas y unos 40 profesionales fueron hasta la oficina en la que se encontraba el ministro de Salud, Oscar Balverdi y pidieron su renuncia. Además, repudiaron a los gritos la tarea de los inspectores de la Subsecretaría de trabajo, los abogados de Fiscalía de Estado y de la escribana Mayor de Gobierno, que habían asistido a constatar que la huelga no resintiera la prestación de servicios esenciales como la atención a mujeres embarazadas, niños, ancianos, discapacitados y personas cuya vida estuviera en riesgo.

Desde el organismo laboral, Roberto Correa Esbry señaló que los médicos obstaculizaron la tarea de los inspectores y hasta los insultaron, y que durante la protesta no hubo atención en esos servicios, hecho que viola el dictamen de la Comisión de Garantías del Ministerio de Trabajo de la Nación. Fuentes de Fiscalía de Estado también destacaron que esa fue la actitud de los profesionales de la salud. Por eso, Correa Esbry y el fiscal Guillermo De Sanctis están a la espera de los informes finales de los 3 días de paro para decidir qué camino seguir. El primero había dicho que evalúa aplicarle otra multa al sindicato y el segundo no descartaba una acción judicial si había falencias en esos servicios clave.

Sin embargo, Daniel Sanna, secretario general del gremio, reconoció que hubo un repudio hacia los inspectores, pero que no se les impidió realizar sus tareas y que los servicios críticos se desarrollaron normalmente. Inclusive redobló la puesta. “No nos asusta otra multa ni una denuncia y se vienen medidas muy duras”, aseguró. Dichas acciones se definían al cierre de esta edición, en la sede del gremio.

El Sindicato Médico se ha convertido en los últimos años en una de las entidades más combativas, en donde ha llevado a la práctica distintas medidas de fuerza (ver recuadro). El conflicto salarial ya se ha extendido por 3 años y Balverdi destacó que “no puedo entender que se haga este paro cuando uno está conversando y en buenos términos, teniendo en cuenta como iba a ser la negociación”. El funcionario junto al ministro de Hacienda, Francisco Alcoba, mantuvieron 2 reuniones en lo que va del año con los representantes de los médicos y del gremio Asprosa. Pero en el último encuentro, al no tener una oferta salarial, los profesionales ratificaron el paro por 72 horas que concluyó ayer. Sanna dijo que Balverdi les prometió un aumento a cobrar a partir de febrero, pero el ministro lo negó rotundamente. “No prometí tal cosa, dije que teníamos que estudiar alternativas para ver si podíamos mejorar el salario. Sería irresponsable de mi parte, ya que el Gobierno maneja la política salarial. La intención es tratar de brindar soluciones y todo tiene que terminar en la paritaria”.

Un grupo de 50 médicos fue el que ayer se dirigió hasta donde estaba el funcionario a reclamar su renuncia, en medio de insultos y críticas. El ministro dijo que trató de conversar con los médicos “para explicarle algunos temas que parece que los dirigentes no los explican y crea efervescencia”. Ese grupo de profesionales fue el que le pidió a los inspectores y abogados que constataban que se presten los servicios esenciales que se retiraran, reconoció Sanna, “pero sin impedir su trabajo”, aclaró. Desde la Subsecretaría de Trabajo y Fiscalía de Estado aseguraron que los rodearon, insultaron y obstaculizaron su tarea.

Por otro lado, los médicos también pidieron la renuncia de la directora Administrativa, Susana Lozano, quien puso su cargo a disposición de Balverdi, quien, según fuentes calificadas, respaldaría a la funcionaria.