La utilización de hisopos puede significar un riesgo para el canal auditivo, por lo que especialistas recomiendan evitarlos para el aseo personal. Según explican, la cera que se acumula en el oído sirve para impermeabilizar la zona e impedir el ingreso de líquido.

Según argumentan, al usar cotonetes se puede empujar el tapón de cera hacia adentro, dañar el canal o inclusive dañar el tímpano, la membrana que separa el oído externo del medio.

Debido a eso, las recomendaciones son reemplazar la limpieza de oídos: un pañuelo húmedo o algodón. En caso de persistir la idea de usar hisopos, recomiendan frotarlos suavemente por la oreja sin ingresar al canal auditivo.

Las cinco razones para evitarlos

1. La cera no es suciedad que debe eliminarse a toda costa. Más bien forma una capa protectora que resguarda la piel del conducto auditivo (que es muy sensible). Además, impide la entrada del agua, del polvo y de la mugre.

2. La cera es también un antibiótico natural. Una vez eliminada, existen más probabilidades de contraer una infección en los oídos.

3. Si el hisopo es exactamente del mismo tamaño que el canal auditivo, se podría empujar la cera demasiado profundamente hacia el interior.

4. Si se empuja el hisopo muy profundamente podría generar problemas con el equilibrio o para escuchar.

5. Podría perforarse la membrana del tímpano (que es muy delicada) con la punta del hisopo.