El más vehemente fue el capitán, Mariano Velázquez: “Es una falta de respeto que hubiera un brasileño dirigiendo el partido. Habiendo tantos árbitros, ¿cómo ponen a un árbitro del país que podés enfrentarte en la siguiente fase? Y no es una falta de respeto solamente a la Selección argentina, es hacia todo el hockey”. A los jugadores argentinos no les gustó para nada el arbitraje del brasileño Leandro Azzi Agra, quien cobró los dos penales a favor de Italia en el complemento, que dejaron algunas dudas. El enojo era porque Brasil ya le había ganado a Angola y esperaba el rival de este partido, que ganaba cómodamente la Selección nacional hasta que empezaron los fallos polémicos. “Menos mal que hubo un disparo para el lado de la justicia en la jugada posterior el segundo penal cuando se anuló el gol al haber entrado con el patín. Hubiera sido demasiado”, reconoció el arquero Daniel Kenan. “Antes del primer gol de ellos me metieron como mil palazos y es increíble que no cobraran tantas infracciones que me hicieron”, señaló Pablo Alvarez, el goleador del torneo con 14 conquistas (oficialmente le computan 13 porque le contaron uno menos ante EEUU). Autocrítica De todas formas los jugadores admitieron que cometieron el error de dejar crecer a Italia luego de ir ganando 3-0. “Nos descuidamos. Ellos no habían hecho nada hasta el primer gol. Nos descuidamos y terminamos sufriendo”, admitió Carlos Nicolía. “Terminamos sufriendo los últimos 10 minutos innecesariamente. Tenemos que aprender a rematar el partido o a dormirlo, porque a Italia le dimos vida nosotros”, analizó Pablo Martín. De todos modos la sensación de haber dejado atrás a un siempre duro como Italia, era el mejor sabor que los jugadores tenían en su interior.