San Juan, 26 de agosto.- Una historia emotiva por donde se la mire. De esas que no ocurren nunca, o casi nunca. De las que erizan la piel, las conmovedoras. Alicia y Elvira, hermanas separadas por el destino, que se reencontraron ayer en San Juan tras 58 años sin verse.
Chilena de nacimiento, Alicia se casó a los 18 años con un argentino que la trajo a vivir a la provincia. Tuvieron tres hijos, pero la relación finalizó poco después. Su marido partió a Mendoza y ella se quedó aquí con los chicos.
Durante los primeros años, estuvo en contacto con su familia a través de cartas y postales. Pero con el tiempo la comunicación se perdió. Sólo la comunicación, porque el amor continuó intacto y las ganas de volver a verse nunca cesaron.
Hace algunos años, Carina, una de las nietas de Alicia, inició la difícil tarea de localizar a Elvira. No fue sencillo. Trámites, papeleos, negativas, cambio de direcciones y más. Nada le impidió lograr cumplirle el sueño a su abuela. “Por criar a sus hijos y trabajar toda la vida, no tuvo la oportunidad de volver. Se mató laburando por ellos”, dijo Carina Salinas en diálogo con DIARIO DE CUYO ONLINE.
“Mi marido es chileno y yo suelo viajar para allá. Hace unos días, el Paso para volver al país estaba cortado y me quedé en Los Andes. Entonces aproveché para seguir averiguando. Fui a carabineros y con el nombre de mi abuela y su fecha de nacimiento me dijeron quiénes eran su mamá, papá y hermanos”, señaló.
“Me dieron la dirección y fui. Llegué a la casa y me atendió una de sus hijas. Me presenté y se quedó helada, se le llenaron los ojos de lágrimas y yo lloraba porque era un sueño que le quería cumplir a mi abuela. Cuando quedé enfrente de Elvira, me abrazó. Siempre quisieron verse pero nunca pudieron. La invité y me la traje. Mi abuela no sabía nada”, agregó.
Carina aseguró que “la emoción y el abrazo estremecieron a toda la familia”. “Verlas abrazadas llorando de felicidad es algo que no se da todos los días. Se duplicó la familia. Fue un milagro de Dios cumplir este sueño tan esperado”, sostuvo.
Cuando se vieron por última vez, apenas superaban los 20 años. Hoy rozan los 80. Sin embargo, el lazo de amor jamás se rompió y hoy pasan las horas hablando, entre abrazos, poniéndose al día.