Por segunda vez en las últimas 48 horas, General Alvear -300 kilómetros al sur de la capital provincial- fue blanco de un meteoro de agua y viento que, con ráfagas superiores a los 70 kilómetros por hora, que afectó severamente distintas zonas del departamento el domingo pasado. La tormenta granicera derivó luego hacia el norte y a medianoche terminó dañando fincas de Lavalle (unos 35 kilómetros al noreste de la capital mendocina). En ambos casos el fenómeno provocó la caída de numerosos forestales de gran tamaño, el anegamiento de calles, la voladura de techos y daños evidentes en las fincas de frutales y viñedos. El fenómeno se desató minutos después de las 19 en el sur y se prolongó durante media hora precipitando más de 50 milímetros con una intensidad inusitada y con ráfagas de viento que provocaron un desastre en el casco céntrico de la ciudad y sus alrededores, desde el distrito de Alvear Oeste hasta la Colonia Rusa de Jaime Prats, a pocos kilómetros del río Atuel hacia el noroeste. Ya casi a medianoche, la tormenta se abatió sobre el noreste, Lavalle y parte de Costa de Araujo.

El titular de Defensa Civil, Roberto Tríguez, detalló que recibieron más de 120 reclamos en la primera hora aunque no se registraron heridos, hecho que se confirmó desde la seccional 14. "Es imposible saber a ciencia cierta cuál fue la velocidad del viento porque en algunos sectores castigó más que en otros", señaló Tríguez, en tanto que desde la cooperativa eléctrica Cecsagal se montó un operativo de emergencia para despejar las calles de la enorme cantidad de cables caídos y líneas cortadas que dejaron sin luz a toda la ciudad, restableciéndose luego por sectores. "Ya estamos recibiendo la colaboración de Cospac pero ante la falta de luz solar se vuelve muy difícil responder de inmediato", contó el presidente de la cooperativa, Julio Assett. Alvear Oeste también fue centro de la tormenta de agua y viento que arrancó de cuajo árboles y cortó cables desde la calle 9 hacia el noroeste. Los técnicos de una y otra municipalidad -Alvear y Lavalle- trabajaban ayer para estimar los daños, pero era evidente el deterioro en fincas con frutales y viñedos.