Pedro Saavedra prácticamente nació ‘adentro de una colmena’ al heredar su profesión de su padre y por ello, su experiencia es consultada por todos los apicultores de San Juan. Por este motivo Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO acudió a él para consultarle sobre un problema ocasionado por el fenómeno de El Niño: avinagramiento de la miel. A continuación, su análisis:

‘Pensando cuando fue la primera vez que vi este fenómeno, recuerdo que alrededor de 1963, trabajaba para ‘Tito Del Bono’, empresario exportador de alimentos a Brasil y otras naciones, entre ellas la miel, que era el trabajo que se me había requirido, junto a la atención de sus colmenas.

Allí tuvimos problemas con un embarque de manera muy seria y extendida, llamado ‘avinagramiento de la miel’.

Enseguida relacionamos el fenómeno climatológico El Niño de actual ocurrencia en San Juan y que en el siglo pasado, unos de sus episodios calificado como regular e intenso, sucedió alrededor de 1963.

Observando la naturaleza y aprendiendo durante la vida sobre el ciclo de reproducción de los animales, uno va analizando cómo ellos aprovechan la buena ocasión y condiciones para reproducirse más y mejor. Es decir, cuando hay alimentación abundante en el medio y no tienen que andar preocupados ni apurados por la alimentación.

Este año la labor de la colmena arrancó unos 20 días antes con la floración del Atamisqui -Capparis atamisquea Kuntze- o ‘matagusanos’, planta autóctona arbustiva nuestra presente en el desierto sanjuanino, de manera abundante, con una gran cantidad de flores y néctar de una calidad muy interesante para el desarrollo de la colmena. O sea que, cuando nosotros esperábamos la reproducción hacia el mes de octubre y noviembre, las colmenas comenzaron a reproducirse muchísimo antes.

Al haber un excedente importante de néctar, las abejas comenzaron a traerlos a la cámara melaria y lo fueron dispersando en todos los marcos en películas bastantes finas, donde la turbulencia de aire provocada por el batir de sus alas arrastra la humedad y va madurando el néctar hasta obtener la miel’.

¿Pero qué sucedió?

‘Habiendo tanto néctar, las abejas optan por reproducirse y este año comenzaron a enjambrase de una manera incontrolable. Por ejemplo, en apiarios de hasta 50 colmenas, había 3 a 5 enjambres simultáneos que finalmente se congregaban en grupos impresionantes de abejas que, cuando uno las quería capturar, no entraban en una colmena.

Esto provoca que las colmenas que ya enjambraron, se encuentren debilitadas, es decir, disminuidas en el número de abejas que, al haber tanta carga de néctar con muchísima humedad y sin turbulencia de aire para ‘secarla’, hacer que madure y se transforme en miel, este néctar se avinagre y se pierda.

¿Cómo detectamos este problema de fermentación de la miel? Por el olor. Es una miel avinagrada, una miel picada que a la vista se nota por la presencia de globos de aire en las celdas que, además, no están operculadas o cerradas. Esta miel no solo no sirve para nada, sino que además hay que aislarla del resto de la cosecha para no contaminarla y afectar la miel sana. Este fenómeno se ha repetido en varios apiararios que ya me han comentado este mismo problema otros apicultores.

Un enjambre que se va es pérdida para el apicultor y baja el rinde. Una colmena que enjambra, se recupera recién en noviembre y entonces el apicultor llega a perder hasta un 50% de la cosecha de miel. Pero como la producción ha sido abundante, prácticamente no se sintió. Pero sí está el riesgo de afectar toda una cosecha si no se toma en cuenta este fenómeno.

Cabe destacar que este proceso se da más en colmenares ubicados en lugares aislados de la flora agrícola, es decir, en los montes naturales. No se ve casi por ejemplo en un alfalfar.

Actualmente se observa un bloqueamiento anticipado de la colmena esperando el invierno. Generalmente a fines de febrero las abejas comienzan llevar miel a la cámara de cría y cerrarla. Esto ya está sucediendo desde la semana pasada y puede ser como previsión para las heladas tempranas previstas por el fenómeno climatológico El Niño para principios de abril. Esta anomalía climatológica puede ser el causal cuando es tan intenso como este año.

Debido a El Niño, hay mayores precipitaciones y temperaturas óptimas para una consecuente mayor disponibilidad de flora y néctar natural’.