Extremas condiciones de sequías llevan afectando a varias regiones de Europa desde principios del año, y la situación sigue extendiéndose y empeorando cada vez más. Las condiciones secas están relacionadas con una amplia y persistente falta de precipitaciones, combinada con unas olas de calor tempranas, en los meses de mayo y junio. El severo déficit de precipitaciones ha afectado ampliamente a los caudales fluviales de toda Europa. Esto supone también que el menor volumen de agua embalsada tiene graves consecuencias en el sector de la energía, tanto a la generación de energía hidroeléctrica como a los sistemas de refrigeración de las plantas eléctricas.

La competencia por los recursos hídricos es elevada y ha comenzado antes de lo habitual. El estrés hídrico y asimismo el estrés térmico han reducido notoriamente los rendimientos final de los cultivos en su totalidad y al potencial de rinde de la mayoría de los vegetales producidos en este continente. El suministro de agua podría verse comprometido en los próximos meses, según nos informa la fuente: edo.jrc.ec.europa.eu. Para los tres próximos meses se pronostican unas condiciones más secas de lo normal en grandes regiones de los países más importantes de toda Europa.

En relación a esto, y como figura en una nota de las páginas internadas de nuestro suplemento sabatino, sanjuaninos recientemente llegados desde Italia, donde fueron invitados por una importante empresa semillera internacional, vinculada directamente al tomate para industria, nos comentaron que es muy serio el tema hídrico. En el Norte de este país, ha llovido sólo entre el 40 y 50 por ciento de lo habitual, condicionando los resultados económicos de esos cultivos.