Ser mamá para muchas personas es vivir un momento único, de máximo amor. Al menos es lo soñado para quien lo desea. Claro que esto que suena tan romántico no es igual para todas porque existen situaciones de vulnerabilidad que impiden disfrutar el embarazo, como por ejemplo falta de contención, escasez o ausencia de recursos económicos, violencia, entre, seguramente, muchas otras que aquí no se detallan. Para ayudar a este grupo de mujeres desde hace un año y medio en San Juan está conformada la Asociación La Merced Vida que en Argentina existe desde el 2007, con 39 centros en 16 provincias. A la fecha, sólo aquí, han ayudado a 130 embarazadas, y actualmente entregan pañales a 35, además de contención espiritual, psicológica, y dictado de talleres destinados a brindar herramientas para que después de cumplido el primer año del bebé sean capaces de generar sus propios ingresos para mantener a su hijo o hija. En este plan de contención, por primera vez, los integrantes de la agrupación lanzaron la venta de panes dulces para recaudar fondos para la compra de pañales. 


La Merced Vida es un voluntariado que tiene como misión "defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, siguiendo el Magisterio de la Iglesia Católica", por lo que las diferentes parroquias distribuidas en la provincia, y algunos colegios colaboran en conjunto para alcanzar el objetivo.


En San Juan son 16 personas las que dirigen las actividades y han asumido este compromiso. Giovanna Adarvez, una de ellas, es la encargada de relatar -con un amor infinito-, la tarea que llevan adelante. "Acompañamos y apoyamos desde un lugar de escucha y contención psíquica, espiritual y económica durante el embarazo, el nacimiento, y su primer año de vida. Fortalecemos a las mamás en todos los aspectos necesarios. Llegan a nosotros en situación de crisis, algunas solteras, otras no pero en malas condiciones económicas, con angustia, cansadas, con una gran desconexión con su bebé y todo lo que la rodea. Nosotros las recibimos con mucho amor y escuchamos sus padeceres. Es increíble cómo rápidamente les cambia el semblante, incluso hasta su aspecto general, algo hermoso", cuenta Giovanna.


Las mujeres llegan allí por diversas vías, pero principalmente por el boca en boca y por las parroquias que conocen este trabajo. Son recibidas y asistidas según sus necesidades, las acompañan durante el embarazo, les ayudan a preparar el ajuar, comienzan a asistir a talleres de formación que dispone la organización o sugieren las mismas chicas, según sus intereses. De inmediato a profesionales que trabajan desinteresadamente, ya que la idea es que estas personas adquieran habilidades para trabajar desde su casa o fuera de ella. De ese modo podrán mantener a sus niños luego del año, fecha hasta que reciben ayuda de La Merced Vida.


"La idea es que ellas sigan por la vida fortalecidas como personas, ganando sus propios ingresos y con otra visión de la vida", agrega.


Las reuniones, talleres y entrega mensual de pañales se realizan en diferentes parroquias que ceden su espacio.


"Somos 16 personas las visibles, pero sinceramente no existiríamos sin todas las personas que nos ayudan. Cada mamá tiene un padrino espiritual, y en este momento tenemos 30, que ayudan a cada mujer, varios de ellos con aporte económico. Es que cada mamá recibe 180 pañales por mes, algo bastante costoso, por eso es que varios colegios colaboran campañas para recolectar pañales", indica Giovanna.


Los establecimientos que colaboran hasta ahora son: Santa Rosa de Lima; Fasta Federico Ozanam; Monseñor Orzali; Fonzolato, Santa Teresita, Fray Mamerto Squiú, La Medalla Milagrosa, Don Bosco, como así también la agrupación de docentes Por las Dos Vidas.

Por Myriam Pérez
Foto: Giovanna Adarvez