La celulitis en un problema intrínseco de la mujer y va unido a un proceso hormonal y circulatorio. Se manifiesta por un cúmulu localizado de grasa y líquido y, siendo realistas, una vez instalada resulta verdaderamente difícil de eliminar. No obstante, una dieta adecuada, confeccionada conjuntamente con un programa de ejercicio físico, evitará que vaya a más e incluso permitirá reducirla notablemente.
Es importante llevar una dieta con las calorías ajustadas. Es decir, que su aporte energético no sea superior al que se necesita y en consecuencia no engordar. Si la mujer tiene sobrepeso y adelgaza, la celulitis también mejorará.
Ciertas etapas de la vida, como la pubertad o el embarazo, y el uso de anticonceptivos suponen un exceso de estrógenos que suele pasar factura celulítica. La sobredosis vuelve frágiles y porosos los vasos sanguíneos y con ello estimula la acumulación de líquidos y toxinas en los tejidos.
Los problemas digestivos son juez y parte, ya que reducen la oxigenación de las células y la sangre se satura de materiales de desecho difíciles de expulsar y que acaban por asentarse en zonas críticas del cuerpo. También contribuyen a su desarrollo la respiración insuficiente, el estreñimiento, los problemas hepáticos y una circulación defectuosa, porque la celulitis se instala con más facilidad sobre tejidos poco irrigados.
El tabaco es candidato de lujo para caer en sus garras. El humo deteriora la microcirculación, que a través de los capilares lleva nutrientes y oxígeno a las células.
El estrés puede ser determinante en la propagación del proceso porque la ansiedad y los nervios incrementan la producción de hormonas y por tanto la fragilidad capilar y el acopio de toxinas en los tejidos. La peor medida anticelulítica es convertir la cena en la comida más importante y fuerte del día.
Los alimentos que combaten la celulitis comparten dos atributos: pocas calorías y excelentes propiedades diuréticas. La fresa es ideal para combatir el estreñimiento y una sofisticada arma contra la piel de naranja. El kiwi y su arsenal de vitamina C alivia el estrés; además, tiene cualidades laxantes y su contenido en potasio favorece el equilibrio hídrico.
El ananá no tiene rival; ayuda a digerir las proteínas, acelera la reparación de los tejidos, elimina toxinas y líquidos retenidos, es antiinflamatoria. El pomelo funciona como un purificador; en ayunas media hora antes del desayuno acaba con las toxinas nocturnas. Las verduras, las hortalizas y los alimentos ricos en hierro deben ser la base de la alimentación. Tomar alimentos ricos en hierro: carne magra, pescado, marisco y legumbres. La falta de hierro favorece la aparición de celulitis y dificulta mucho más su eliminación.
El hinojo es superdiurético y contiene dones similares a los estrógenos que equilibran los niveles hormonales. El apio planta cara al estrés y la ansiedad con su efecto calmante. La zanahoria oficia como el mano de la piel por su alto índice en betacarotenos. Procure tomarla rayada en ensalada y cruda entre comidas.
Evitar los azúcares
Una dieta anticelulitis debe ser baja en grasas saturadas (evitar las carnes grasas, manteca, embutidos…) y en azúcares simples, de absorción rápida (pasteles, dulces, chocolate, azúcar, miel…).
Si se padece esta antiestética molestia no tomar más de dos porciones de fruta al día. El principal azúcar que contiene la fruta (fructosa) se transforma muy fácilmente en grasa y pasa a engrosar la celulitis.
Por otro lado, se debe intentar no retener líquidos. Para ello, hay que reducir o evitar la sal. A las preparaciones alimenticias hay que condimentarlas con jugo de limón, perejil y otras hierbas aromáticas. Seguir una dieta diurética rica en potasio (berenjenas, frutos secos, bananas, levadura de cerveza, frutas) y tomar infusiones que ayuden a eliminar líquido, como el té verde o la salvia, un gran aliado para la mujer.
También es recomendable consumir todo tipo de productos integrales (arroz, pasta, cereales), que absorben y eliminan toxinas y además evitan el estreñimiento, otro enemigo para la celulitis.
Por otro lado, la leche es un alimento que en exceso tampoco resulta apropiado. Contiene azúcares de absorción rápida que favorecen la aparición de la +piel de naranja+. Se puede tomar con moderación o sustituirla por leche de soja. De todas formas, no se debe dejar de tomar lácteos, preferiblemente desnatados, para asegurarte el aporte de calcio.
Junto con la dieta se debe hacer ejercicio para activar la circulación de las piernas. Andar en bicicleta y hacer trote son actividades muy recomendables, además de tonificar muslos y caderas. Los ejercicios de tonificación y musculación con pesas resultan asimismo muy eficaces para atenuar la celulitis.
Los masajes también son beneficiosos contra la celulitis. En cuanto a la ropa, no utilizar vaqueros ni prendas muy ajustadas, ya que impiden una buena circulación y favorecen la retención de líquido en los muslos. Por supuesto que antes de tomar alguna medida, lo mejor es hacer una consulta médica.
