Para mantener un aspecto de la piel joven y saludable es importante realizarle una serie de cuidados diarios. Usar protector solar en cualquier época del año, hidratarse y aplicar productos regenerativos son algunas de las técnicas más conocidas.

Otra de las estrategias menos habituales pero altamente recomendadas son los masajes faciales. Estos tratamientos contrarrestan los signos de edad en el rostro porque estimulan la circulación sanguínea, alivian los efectos del estrés y mejoran la absorción de los productos de belleza.

Por todos esos beneficios es recomendable convertirlo en parte de la rutina de belleza diaria porque no es necesario acudir a un centro de estética, vos mismos podés hacer automasajes faciales cada día durante un rato. Con unos minutos y un aceite esencial es suficiente.

Existen diferentes tipos de masajes, lo mejor es empezar por los más sencillos para de a poco convertirlo en un hábito. Los pasos básicos a seguir son:

- Limpiá el rostro: retirá los restos de maquillaje y las impurezas que se acumulan a lo largo del día en la cara.

- Frotá con tres o cuatro gotas de la esencia facial en las manos y aplicá el líquido en mejillas, barbilla, frente y cuello con movimientos suaves.

- Con ambas manos realizá pequeños golpes con las yemas de los dedos tanto en el rostro como el cuello. No debes presionar mucho, la sensación tiene que ser parecida a cuando cae agua de la lluvia en la cara.

- Aplicá nuevamente un poco más de producto en aquellas zonas donde se note la piel más seca como en el ceño o los laterales de los ojos.

- Usá las palmas de las manos para realizar los últimos movimientos suaves para estimular la circulación de la sangre en toda la cara.