Mucho se habla del cuidado del medio ambiente y poco se dice sobre que ésto empieza por casa. Hay que tener presente que cada día más se utilizan en el hogar elementos que no son biodegradables y muchos otros contaminantes porque el hábito de tratar los residuos debería ser una responsabilidad de todos.

Los baldes, tachos o cestos para basura con compartimento están formando parte de un movimiento mundial que apunta clasificar residuos desde el hogar. Claro que en esto es vital la función de los municipios para que el objetivo sea cumplido. De todos modos, sería una buena idea dar el ejemplo y el puntapié para que otros sigan, incluido el ámbito estatal.

En países, como España, el tacho de cualquier cocina, está compuesto por 3 o 4 recipientes separados, donde se puede clasificar los desechos y asignarle una bolsa con el color que corresponda al contenedor ubicado en las calles, desde donde será recogido por el camión recolector.

Allí existe un contenedor amarillo para los envases de plástico, latas y envases tipo brick; azul para papel y cartón; verde claro para vidrio y verde oscuro para desechos orgánicos, es decir restos de comida.

Claro que también cuentan con trituradores de basura, muy prácticos a la hora de cocinar. Estos elementos convierten en polvo los desechos orgánicos, es decir de restos de comida, cascaras de huevo, vegetales e incluso huesos de pollo.

Actualmente ya están disponibles en el mercado argentino, son fáciles de instalar teniendo en cuenta que se colocan en el desagüe de cualquier pileta de cocina, y solo es necesario un botón de accionamiento eléctrico adicional. El sistema es auto limpiante, no interfiere en la instalación sanitaria. En San Juan todavía no son muy conocidos.

Para su utilización se debe abrir la canilla de agua fría, dejar correr el agua y luego accionar el triturador. Hay empresas que venden el producto con la instalación. Este sistema, evita los malos olores de la descomposición de la comida y disminuye la cantidad de residuos a procesar.

Pilas y más

Ni hablar de tirar pilas o baterías a la basura -incluye las de celulares que deben ser depositadas en lugares de desecho especiales que tienen disponibles las distintas compañías proveedoras de telefonía celular-. Ellas liberan metales pesados, es decir de gran densidad y con efectos tóxicos en el ser humano y en el medio ambiente. Según el tipo de pila o batería (alcalina, Níquel, litio), pueden liberar mercurio, manganeso o plomo entre otros componentes químicos. Lo mismo sucede con los equipos electrónicos como computadores viejas, televisores, entre otros.

En el caso de aceite de fritura, no se debe tirar en la pileta o el inodoro. Se recomienda dejarlo enfriar y tirarlo en algún envase a la basura. Lo mismo sucede con solventes, pinturas, y productos industriales. En caso de duda, siempre se puede consultar con el fabricante del producto y tomar la mejor decisión.

Parecen cosas que están fuera del alcance porque llevan tiempo, pero los especialistas coinciden en que es la única forma de preservar el planeta que ya siente los efectos de la contaminación ambiental. Un esfuerzo que vale la pena hacer para el futuro.

Fuente: Espacio Living.