El síndrome de burnout es cada vez más frecuente. En la actualidad, un porcentaje importante de la población sufre estrés laboral y trastornos de ansiedad provocados por su empleo.

Al llevar varios años activo, empiezan a notar que sus tareas los absorben y que levantarse para ir a trabajar cada día cuesta más. Muchas personas experimentan esta crisis laboral.

Un informe de la empresa británica de recursos humanos Robert Half pudo establecer a qué edad se da más esta depresión o incertidumbre laboral: a los 35 años. Es entonces cuando más personas se plantean si su trabajo realmente les apasiona o si deben cambiar de rumbo profesional.

Según los resultados del sondeo, uno de cada seis personas mayores de 35 respondió que era infeliz y se sentía estancado en su puesto de trabajo. Esa cifra es el doble de los participantes menores de esa edad.

No son los únicos datos que confirman que pasados los 35 las personas sufren más en su ambiente laboral. Un tercio de los entrevistados consignaron que sus tareas les generaban estrés. Una situación que los más jóvenes no experimentaban.

La frustración se explica principalmente porque las personas sienten que no lograron tanto como creían al arrancar. Es ahí donde la empresa tiene un rol clave: debe incentivar a sus trabajadores, motivados y estimularlos para que exploren nuevos límites. De ese modo, se logra un entorno positivo de desempeño, mejorando su calidad de vida dentro y fuera de la jornada diaria.