Una dieta rica en vitaminas C, E y A, sobre todo en su forma vegetal, puede disminuir notablemente el efecto del envejecimiento del organismo. La razón es que estos nutrientes están considerados como los antioxidantes básicos para suavizar el paso del tiempo ya que combaten a los radicales libres.
Las moléculas del cuerpo humano tienen un núcleo y electrones, en cantidad par, que giran a su alrededor. Ese número de electrones es el que mantiene la molécula en equilibrio, por eso se llama radical libre a la molécula que tiene un número impar y por lo tanto es inestable.
Para recuperar el equilibrio perdido los radicales libres "roban" electrones a moléculas estables y las debilitan profundamente. Así se destruyen más moléculas de las que nacen. A la muerte celular le sigue la muerte de los tejidos luego sobreviene el deterioro orgánico y la muerte. Este proceso es el que se denomina oxidación y el que hay que combatir para frenar, en la medida de lo posible, el envejecimiento.
Los radicales libres son producidos por el oxígeno, el ozono, el humo del cigarrillo, las radiaciones UV de la exposición solar y otros elementos contaminantes del ambiente.
Para contrarrestar este efecto se recomienda la ingestión de nutrientes antioxidantes, que básicamente, encierran los radicales libres antes de que puedan intoxicar a todo el organismo.
Antioxidantes básicos
Según Kenneth Cooper, especialista en medicina preventiva y autor del libro "La revolución de los antioxidantes", los alimentos más importantes para contrarrestar la oxidación son los que contienen vitamina C, E y betacaroteno.
Vitamina C: se encuentra en las frutas frescas, limones, frutillas, naranjas, kiwi y verduras frescas, sobre todo repollo, brócoli y papa. En la dieta acentúan el efecto de vitamina E al prevenir la formación de placas de colesterol, que terminan por tapar las arterias. También está asociada con la prevención de cáncer de esófago, laringe, cavidad oral, páncreas, estómago, recto y cuello de la matriz. Actúa además como devorador de nitritos, por lo que ayuda a eliminar los residuos del humo del cigarrillo.
Vitamina E: Se encuentra en el germen de trigo, avellanas, almendras, lechuga, espinaca, cereales integrales y aceite de hígado de bacalao. Fortalecen las defensas del organismo y protegen contra el cáncer intestinal y pulmonar, ya que las células de ADN que están dañadas por los radicales libres tienen más probabilidades de volverse cancerígenas.
Betacaroteno (vitamina A): Está en la zanahoria, espinaca, tomate, lechuga y otras verduras de hoja, espárragos, melón, damasco y naranja. Aportan protección contra el cáncer de pulmón, de boca, vejiga y recto. También se lo relaciona con la prevención de tumores epiteliales originados a causa de la exposición a los rayos ultravioletas.
Selenio: se encuentra en los productos lácteos, pescados, espinaca, legumbres y almendras.
Zinc: su fuente está en mariscos, carne (sobre todo hígado), cereales integrales, trigo germinado y levadura.