Cuando comienzan los días más frescos y a veces nublados, se nos viene a los ojos los árboles desnudos, el césped amarillo o seco y todo se vuelve más triste en el jardín. Pero esto es un concepto erróneo ya que hoy te proponemos las flores de otoño – invierno. Estas tienen la cualidad de crear focos de atención llenos de color y encanto. Puedes armar canteros, macizos o simplemente llenar una maceta con una variedad y listo.

Puedes armar un grupo monocromático, es decir de un solo color o bien de varios colores. Esto queda a elección de cada una de acuerdo al estilo de jardín. Es bueno tener en cuenta que deben tener un buen sustrato para su desarrollo. Al regarlas no mojar sus pétalos, de lo contrario se pudre.

Te damos seis flores para que trasformes en color y alegría tu espacio

1-  Pensamientos

Estas plantas semiperennes (bianuales) suelen tener una altura que va de los 15 a los 30 cm. y a partir del otoño producen flores de pétalos aterciopelados con una gama de colores que incluyen dorado, amarillo, rojo, violeta, azules, salpicados con otras tonalidades que resaltan aún más su belleza.
 

En la actualidad existen más de 250 variedades. Por lo general, mantienen su brillante floración durante toda la temporada fría e incluso hasta bien entrada la primavera, perdiéndola completamente en verano, cuando las matas adquieren un aspecto marchito. Deben ser cultivados en suelos ricos en nutrientes que contribuyan a mejorar su crecimiento y floración, con una buena exposición a la luz natural. También se recomienda que el sustrato en el que se encuentran ubicados esté siempre húmedo, con un riego a fondo por semana, aunque como siempre se debe evitar mojar hojas y flores y los encharcamientos de agua, ya que esto ayuda a la aparición de hongos o la putrefacción de tallos y raíces. La mejor época para plantar pensamientos es el otoño.

2- Violeta de los Alpes

Es una planta ornamental muy difundida que embellece los ambientes donde se encuentra gracias a sus atractivas flores de colores rosas, blancas o rojas. Sin embargo, es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones y cuidados para que se pueda disfrutar de su belleza el mayor tiempo posible.
 

Se recomienda seleccionar los plantines  reconocibles a simple vista por sus abundantes hojas y flores en botones. Es una planta tierna que crece mejor con una temperatura ambiental que ronde los 15 grados y que no supere los 20 grados centígrados, no tolera el calor.
 

No soporta las heladas. Esta planta necesita buena iluminación, aunque sin recibir la luz solar directa. Por eso se recomienda que se la cultive en jardines  orientados al sur o en macetas ubicadas en ambientes ligeramente sombreados. La limpieza es otro factor importante, de allí que es aconsejable quitarle las flores y hojas viejas, arrancándolas desde su punto de inserción en el bulbo. Evitar el exceso de agua, prefiere los riegos profundos, evitando que se produzca un anegamiento de la tierra.

3- Petunias

Estas plantas son clásicas en los jardines, macetones y jardineras de ventana. Son herbáceas anuales o perennes (generalmente crecen como anuales), no son muy altas (apenas 30 cm.) pero si se extienden fácilmente.
 

Sus numerosas hojas simples, verdes y esponjosas hacen que destaquen los vivos colores de sus flores en forma de trompeta. Presentan una paleta de colores de lo más variado, pudiendo ser desde bicolores, hasta blancas, rosas, rojas, púrpuras, azules e incluso rayadas. Para darles aún más presencia, prueba a combinarlas con otras plantas.
 

El periodo de floración de las petunias se extiende desde mayo hasta octubre. Su floración es de lo más abundante. Existen múltiples variedades de petunias y muchos híbridos. Requieren de muchas horas de sol, pero protegidas de los vientos. 
 

Son plantas sensibles a las heladas fuertes, por lo tanto ante este riesgo conviene o taparlas o colocarlas en un lugar protegido.
 

Para conservarlas de un año a otro, córtalas y colócalas al abrigo en un lugar sin calor durante el invierno. La plantación debe realizarse con una separación de 20 - 30 cm. en todas las direcciones.
 

Elimina las flores marchitas de las petunias conforme aparezcan. Es conveniente que le apliques abono para plantas floridas de junio a octubre.
 

Los riegos deben ser regulares e intensos durante los días más calurosos, pero nunca excesivos, ya que corres el riesgo de eliminar la acción de los fertilizantes.

4- Prímulas o Primavera

La prímula o primavera es una flor de temporada que podemos encontrar en una amplia variedad de colores y que son ideales para decorar. Comienza la floración en otoño y durará hasta bien entrada la primavera, cuando comiencen las altas temperaturas.
 

Es preferible colocarlas en un lugar fresco y luminoso, pero evitaremos el sol directo. Así, la floración será más pausada y duradera. Las regaremos abundantemente, sin que se llegue a secar el sustrato entre riego y riego, pero asegurando que tienen un buen drenaje. El abono durante la floración será cada dos semanas. Una vez que desaparezca la flor obtendremos una mata verde que deberemos cuidar para que florezca el año siguiente.

5- Prímula obcónica

Es una planta herbácea de 15 a 17 cm. de alto. Con hojas arrosetadas. Sus flores nacen de un tallo tierno en ramilletes. Los colores van desde las blancas, lilas y purpúreas, dispuestas en florescencias. Su floración es en otoño hasta la primavera. Son de buena luz pero no sol directo. No exponer al sol de la tarde se recomienda sol de la mañana. Las heladas fuertes queman las flores.
 

Requieren de una atmósfera húmeda y un suelo medianamente ácido. Para mantener la acidez del sustrato una vez al mes riegue con una solución de 1 cucharada de sulfato de fiero y 8 litros de agua. Es riego es cada 2-3 días sin mojar las flores. Eliminar las flores secas.

6- Áster

Pertenece a la familia de asteráceas y se caracteriza, generalmente, por ser una planta perenne. Sin embargo, también se encuentran variedades arbustivas, anuales y bianuales. Su nombre significa “estrella” en latín, por la forma de sus pétalos estrechos y puntiagudos. Existen alrededor de 500 especies distintas en el género áster en el mundo. Se trata de una planta con tallos de 5 a 20 cm., ascendentes o erectos. Sus hojas son simples y enteras, que se estrechan para formar un ancho pecíolo. Cuentan con flores enrracimadas con una gran diversidad de colores, aunque las que más se ven son las de color violeta. Su fisonomía es, extremadamente, parecida a la de la margarita.
 

Es una planta, en general, poco exigente. Se adapta a todo tipo de situaciones climáticas. Necesitará suelos fértiles, bien drenados. Crece a pleno sol, ya que hay que tener en cuenta que para que se produzca la apertura de las flores es primordial, además se suelen orientar hacia él durante todo el día, cerrándose por la noche. Lo bueno de esta planta es que resiste el frío, aunque tendremos que tener cuidado con las heladas y las temperaturas muy extremas, sobre todo las del invierno.