1. Preparación

Debes exfoliar bien tus labios, puedes hacerlo muy suavemente con un cepillo de dientes para remover la piel seca o con alguna crema que contenga granulos pequeños. Luego hidratalos muy bien con un bálsamo. Para dejarlo actuar bien es recomendable que mientras maquillas el resto del rostro dejes los labios hidratándose.

2. Aplicar el color

Empezar por lo primero: delineá bien los bordes justo por encima del contorno de los labios, así se verán más grandes y simétricos. Una buena forma de ver hasta dónde hay que pintarlos es sonreír frente al espejo para ver hasta donde se estiran.

3. Que sea duradero el color

¿Cómo hacer que dure más? Al pintarlos aplicá el labial varias veces en capas delgadas, entre capa y capa secá con un pañuelo descartable para ir sellando el color. Y ¡recordá! las texturas en mate tienden a durar más.

4. Perfeccioná la línea 

No importa si mientras que los pintas te sobrepasas por encima de los bordes, los hisopos son buenos aliados para perfeccionar cualquier error.