Al menos nueve personas murieron ayer y 50 resultaron heridas cuando un camión irrumpió en un mercado navideño en la capital alemana y atropelló a quienes disfrutaban de uno de los paseos más tradicionales de ese país, en un incidente que las fuerzas de seguridad ya investigan como un atentado.
La Policía informó que un hombre que viajaba en el camión en el momento del presunto ataque murió en el acto, mientras el conductor logró huir y, unas horas después, fue detenido e interrogado por agentes de seguridad.
Mientras se empezaban a conocer los primeros detalles del presunto ataque, el alcalde de Berlín, Müller, intentó difundir calma entre los ciudadanos y afirmó que ‘la situación está bajo control‘, aunque reconoció que la escena en la plaza de Breitscheidplatz, donde se había construido el mercado navideño, era ‘dramática’.
Por su parte, la Policía tuiteó que ‘no hay indicios de situaciones peligrosas futuras en la ciudad‘.
Pese a la confianza expresada públicamente por las autoridades, la Policía está analizando ahora si se trata de un ataque de un lobo solitario -es decir, de una persona sin vínculos con organizaciones o grupos radicales- o si el conductor era parte de una célula extremista más grande.
Según el relato policial, el camión irrumpió en la zona sobre donde se había levantado uno de los mercados navideños más populares de Berlín. El mercado navideño golpeado se encuentra pegado al zoológico de Berlín, del lado contrario al edificio de la Cámara Baja del Parlamento (Reichstag) y a la famosa Puerta del Brandenburger.
Versiones periodísticas señalaron que el camión se subió al paseo peatonal, circuló por un camino entre los puestos de la feria y se estrelló contra un gran pino en el centro de la instalación.
El camión pertenece a una compañía de carga polaca, registrada en la ciudad de Gdansk.