En el debut de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner como senadora por la provincia de Buenos Aires, el Senado de la Nación debate los proyectos que llegan con media sanción de Diputados y que hoy el oficialismo, con apoyo del peronismo dialoguista, convertiría en ley: presupuesto, reforma tributaria y la prórroga del impuesto al cheque.

 

En un clima de tensión reinante, apenas comenzó la sesión, la ex mandataria pidió la palabra para una cuestión de privilegio para referirse al pedido de desafuero que realizó el juez federal Claudio Bonadio, quien la procesó por traición a la patria y encubrimiento del caso AMIA a raíz del pacto firmado con Irán.

“Para tratar mi desafuero no hace falta que se constituya ninguna comisión, puede ser tratado sin despacho con habilitación de dos tercios como hoy presupuesto. La intencionalidad clara para evitar el tratamiento de desafuero es un argumento que se derrumba”, señaló y acto seguido mantuvo un cruce directo con Gabriela Michetti.

“El juez que había establecido que (el pacto) no era un delito judiciable, hoy está sometido a un juicio político y por esas casualidades de la vida es el mismo que la sobreseyó a usted por el memorándum con Qatar”, le dijo Cristina a la vicepresidenta, que dirige la sesión. “Yo no firmé ningún acuerdo con Qatar”, le retrucó rápidamente ella.

Pero luego de esos cruces, también hubo otros entre experimentados dirigentes del peronismo.

Luego del discurso de Cristina, pidió la palabra el puntano Adolfo Rodríguez Saá quien comparó al Senado con una escribanía y se quejó por la “falta de tratamiento”. “Esta escribanía nueva que ahora es de 24 horas, antes era de unos días. Esta cámara va a tratar el tema sin cumplir con el reglamento”, aseguró, mientras Cristina, sentada a su lado, afirmaba con la cabeza.

Adolfo Rodríguez Saá

Además, Rodriguez Saá apuntó contra Miguel Pichetto, jefe del interbloque Argentina Federal, que responde a los gobernadores y que apoyó al oficialismo para que los proyectos obtuvieran dictamen. Lo criticó por negociar con el bloque peronista de la Cámara de Diputados el tratamiento del Presupuesto sin consultar. “Mi bloque no tiene que pedir permiso para interactuar con el bloque de Diputados que representa los intereses de los gobernadores”, le contestó.

Salvadas las diferencias del inicio, la sesión comenzó con la presentación de los proyectos en palabras del miembro informante, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Esteban Bullrich, quien dio un discurso más político que con detalles de los proyectos.

“Nuestra misión debe enmarcarse en una visión que tiene tres objetivos: terminar con la pobreza, combatir el narcotráfico y unir a los argentinos. Estos principios están reflejados en este presupuesto”, comenzó enunciando Bullrich y disparó contra la era kirchnerista: “La pobreza es la mayor causa de desigualdad. Donde hay pobreza hubo un Estado que administró mal los recursos públicos, que abandonó al ciudadano”.

Miguel Pichetto

Como metas concretas planteó la reducción de la inflación. Según dijo, para el 2018 la meta será de 15,7%. A su vez, defendió la polémica ley previsional. “Con la reforma incorporamos a más de un millón de jubilados al 82% móvil y garantizamos que nunca más haya jubilados que reciban jubilaciones que no aumentan por encima de la inflación”.

A él, le siguió la mendocina Anabel Fernández Sagasti, del FPV, que criticó duramente las iniciativas. Calificó el debate de “maratón de ajuste y saqueo” y adelantó que votarán contra el despacho de comisión, como lo hizo el bloque del FPV-PJ en Diputados. “Nos dicen que somos el pasado y las políticas que aplican ustedes tienen mucho, mucho olor a pasado”, dijo la senadora K.