El uso de sillas para bebés y niños en los autos reduce un 70 por ciento las lesiones en accidentes de tránsito, sin embargo, la mayoría de las sillas que están en el mercado no son aptas para la seguridad vial. Se rompen ante impactos y durante 2017 recibieron puntajes más bajos que en años anteriores, según un informe del Programa de Evaluación de Sistemas de Retención Infantil (Pesri) en Latinoamérica. Para colmo, en Argentina la fabricación nacional de este tipo de protección infantil para transportar a los niños en auto no está homologada, por lo que diversas organizaciones civiles y el INTI coincidieron en afirmar que es difícil saber a ciencia cierta qué porcentaje de estas sillas son seguras.

Sin duda esta noticia dispara alertas entre los papás que ya están pensando en comprar este tipo de protección a partir del decreto del Poder Ejectivo Nacional que modificó la Ley de Tránsito y puso en marcha la obligatoriedad del uso de estas sillas en niños de 0 a 10 años en todo el país.

A excepción de Mendoza, Córdoba, Capital Federal y Santa Fe, que tienen legislación propia al respecto, el Gobierno decretó que todos los chicos de hasta diez años deberán viajar en el asiento trasero del auto con sillitas infantiles. Esta medida entró en vigencia a partir de la publicación en el Boletín Oficial el 11 de enero pasado.

Los Sistemas de Retención Infantil (SRI) fueron evaluados en ensayos de colisión frontal, lateral y por su modo de uso, teniendo en cuenta parámetros de algunos países de Latinoamérica, y la mayoría pone en riesgo a los niños. "A partir de las lecturas de los maniquíes se registraron movimientos no deseados y, también, la destrucción de los SRI, que obtuvieron puntajes bajos", indica el informe de 2017 y aclara que "ninguno de los productos probados supera a los puntajes de años anteriores".

Los sillitas, butacas, boosters o huevitos difieren en tamaño, instalación y modo en el que sujetan al niño, ya sea con un arnés o un cinturón de seguridad de acuerdo con el peso y la edad.

Otro de los puntos preocupantes es la protección contra colisiones laterales: "No todos los SRI ofrecen protección lateral y los que sí lo tienen no son lo suficientemente espaciosos o no poseen la cantidad adecuada de relleno". Respecto del ajuste de altura del arnés muchos permiten "insertarlo en otra ranura, lo cual incrementa las probabilidades de usarlo incorrectamente".

"Frente a la variedad de opciones en el mercado, la información que arrojan nuestras pruebas es de vital importancia, porque permite contar con datos objetivos a la hora de seleccionar y comprar un SRI", explicó Pablo Azorin, jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de FIA.

Según el estudio, los SRI "deberían estar preparados para soportar los impactos simulando una velocidad de 50km/h y contar con protección lateral", tener un sistema de correas de instalación "más simple" y ajuste de arnés "con una sola mano".

A la hora de comprar, la sillita para el auto, el Pesri recomendó verificar que sea un SRI homologado y adecuado al peso y edad; asegurar la correcta instalación, usar asientos orientados hacia atrás para niños de hasta 3 años y de tipo booster -sin respaldo- para chicos de más de 22 kilos de peso y 125 centímetros de altura.

En Argentina no hay procesos de homologación. La norma más comercializada en el país es la europea, que se identifica con un adhesivo naranja. Allí se indica si es universal (sirve para todos los autos), semiuniversal (solo para algunos) o específica (solo para un modelo), y el rango de peso que acepta.

La otra norma es la estadounidense, cuyo adhesivo es amarillo y negro y dice "FMVSS".

Para mayor información sobre el informe y las sillas testeadas se puede ingresar al sitio oficial www.pesri.org.

Cuatro de cada 10 sillas no están homologadas

 

En Europa, los fabricantes de asientos infantiles deben acudir a un laboratorio de pruebas acreditado para demostrar que la silla cumple con los requisitos incluidos en el reglamento 44, versión 04, elaborado por la Comisión Económica para Europa. En EEUU, Canadá o Australia, existen normas similares.

Pero en Argentina no existe legislación vigente que obligue a homologar las butacas, por lo que las únicas que están certificadas son las importadas. Así las cosas, cuatro de cada 10 sillitas en el mercado no cuentan con las homologaciones.

Pablo Azorín, jefe de Seguridad Vial para Latinoamérica de la FIA, aconsejó que antes de comprar la silla es aconsejable que la prueben en el auto porque puede ser que sea muy buena, pero a veces el cinturón de seguridad no es lo suficientemente largo "o la butaca delantera puede golpear con la cabeza del bebé", aclaró.

En Argentina hay un compromiso por parte de las automotrices de que los nuevos modelos vengan preparados con el Sistema de Retención Infantil (SRI) "pero legalmente aún no se realizan", aseguró Azorín. A su vez, indicó que "las marcas nacionales, al no tener que cumplir con ninguna normativa, fabrican en función de lo que tienen ganas, y como a nivel nacional no hay laboratorio que le realicen ninguna prueba no hay forma de determinar cuán seguras son".