Con varias ausencias del mismo palo no sólo las anticipadas por los gobernadores radicales y por el jefe de Gobierno porteño, el presidente Alberto Fernández ratificó ante un grupo de mandatarios provinciales que "la palabra ajuste está desterrada de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)" y negó "la imposición de un tarifazo". Sí reafirmó su convicción de que se "va a lograr una reestructuración conveniente" por el pago de la deuda y al mismo tiempo advirtió que el préstamo contraído por el gobierno de Mauricio Macri por 44.000 millones de dólares superará su mandato e incluso también el de quien gobierne el país a partir de 2027. "Esa carga estará presente en el escenario de la política argentina en los próximos diez años", sentenció el jefe de Estado.

Por su parte, el ministro de Economía, Martín Guzmán, planteó un panorama crítico más acorde con la realidad. Afirmó que los compromisos de deuda plantean una "situación absolutamente insostenible" al asegurar que el sector público y el sector privado en la Argentina deberán enfrentar vencimientos por U$S 28.000 millones en 2022 y U$S30.000 millones en 2023, el doble del superávit comercial del país.

Además, consideró que la principal tensión" que enfrenta la economía argentina para poder continuar en la senda de la recuperación es la deuda con el Fondo. Y explicó a los gobernadores que "estamos negociando que el FMI nos dé el financiamiento para poder pagarle".

"El acuerdo con el FMI no va a resolver todos los problemas de endeudamiento externo de la Argentina y hay mucho trabajo por hacer", aseguró Guzmán en el Museo del Bicentenario de Casa de Gobierno a los gobernadores para informarles sobre las negociaciones con el FMI.

Pero el concepto clave que dejó la presentación del ministro de Economía dejó un gran interrogante ya que admite que el principal escollo para acordar con el FMI es la política fiscal que debe implementar el Gobierno.

En este sentido, Guzmán afirmó textualmente: "la diferencia medular" que separa al país de un acuerdo con el FMI es el sendero fiscal que propone la Argentina para reducir el déficit de forma gradual, de manera virtuosa sobre un mayor crecimiento de la actividad económica.

Esto quiere decir, que si se sigue los designios del Fondo habrá menos plata para, por ejemplo, los planes sociales una de las columnas vertebrales de un gobierno kirchnerista, por lo tanto, uno de los puntos que más rechazo genera en la vicepresidente, Cristina Fernández

Fernández y Guzmán se reunieron con los gobernadores pero fue un encuentro con gusto a poco ya que la Casa Rosada sólo logró juntar a la mitad de los mandatarios provinciales. La idea original era

mostrar la foto del Presidente con todos los gobernadores en una señal de unidad y de fuerte respaldo político a la renegociación que tanto pide el FMI. Pero a las ausencias adelantadas por los gobernadores de la oposición, también se sumaron caras del peronismo.

Según la lista difundida por el Gobierno, participaron de forma presencial 12 gobernadores: Axel Kicillof (Buenos Aires), Raúl Jalil (Catamarca), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa), Ricardo Quintela (La Rioja), Óscar Herrera Ahuad (Misiones), Omar Gutiérrez (Neuquén), Arabela Carreras (Río Negro), Omar Perotti (Santa Fe) y Osvaldo Jaldo (Tucumán). El resto, salvo Horacio Rodríguez Larreta, enviaron representantes. Alberto Rodríguez Saá, Alicia Kirchner y Gerardo Zamora participaron de forma remota.

  • Gattoni destaca el apoyo al acuerdo

Luego de escuchar la extensa exposición del ministro Guzmán y las certezas del Presidente, el vicegobernador de San Juan, Roberto Gattoni, manifestó su confianza de que Argentina tendrá un programa con el FMI que contemple el crecimiento de la economía.

Gattoni, que fue en representación de San Juan, reveló a DIARIO DE CUYO que apenas salió de la reunión se contactó con el gobernador Sergio Uñac y le contó del amplio apoyo de los mandatarios provinciales al esquema de negociación que plantea la Nación ante el Fondo.

"Estamos convencidos de que el único mecanismo posible y aceptable es que tengamos un programa que contemple el crecimiento de nuestra economía como el motor para poder cumplir con la deuda, versus un programa de ajuste. La expansión de la economía y la generación de dólares a través de las exportaciones es el único camino posible para llevar un programa que tenga alguna posibilidad de éxito", afirmó Gattoni.

También reconoció que en las condiciones actuales, es muy difícil tener un acuerdo óptimo que implique un programa de desendeudamiento más flexible.