En la previa del tan esperado primer encuentro con el papa Francisco como presidente de Argentina, Alberto Fernández confirmó ayer en Roma que ya entregó a la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires el pliego de María Fernanda Silva para que se convierta en embajadora argentina ante El Vaticano.


"Hemos mandado el pliego ayer, sí, sí", se limitó a responder en Roma, a donde llegó ayer, el presidente Fernández para reunirse hoy a las 6.30 de Argentina en privado con el sumo pontífice con quien tiene una gran amistad.


El presidente argentino también adelantó que no hablará con Jorge Bergoglio de la legalización del aborto en el país, una de sus promesas de campaña, y sí tratará temas que preocupan a su Gobierno, como "la pobreza, la marginación" y las situaciones de crisis y dificultad que están pasando muchos argentinos.


Fernández también aprovechó para mostrar su respeto hacia Francisco, a quien describió como "líder moral".


Silva, la elegida por Alberto para representar al país en la Santa Sede, es diplomática de carrera y, si su placet se aprueba, será la primera mujer en ocupar la jefatura de la embajada argentina ante el Vaticano, donde ya fue antes la número dos hasta 2015.


Silva es católica, la primera afrodescendiente en el servicio exterior argentino, y tuvo también cargos en las embajadas en Venezuela y en Ecuador. 


También cumplió tareas ante la secretaría de la Unasur, que tenía sede en Quito.


Afrodescendiente, de Cabo Verde, Silva hizo una carrera meteórica desde que trabajó en 2003 cerca del excanciller Rafael Bielsa, futuro embajador en Chile. Y llegó al puesto número 2 de la embajada en el Vaticano, cuando la conducía Eduardo Valdés, en la segunda presidencia de Cristina Kirchner. No tiene rango diplomático de embajadora aún, sino de ministro de primera, en una carrera con predominio masculino. 


Por otro lado, lo más curioso de Silva es que fue el propio Jorge Bergoglio quien, siendo arzobispo de Buenos Aires, se ocupó personalmente de la ordenación sacerdotal del exmarido de la diplomática, de apellido Bernardi, quien decidió divorciarse aun teniendo una hija con la diplomática. Quiso ser cura. La nulidad del matrimonio fue confirmada por Iglesia, y aunque tiene los rasgos de tradición que el Vaticano prefiere, es un caso de lo más intrincado.


Francisco recibirá hoy a Alberto Fernández en una audiencia privada a las 10.30 de Roma, las 6.30 en Argentina en el segundo piso del Palacio Apostólico del Vaticano.


El Presidente afirmó que su encuentro con el Papa representa "un reencuentro con la Iglesia".