Acorralada. A medida que avanzan las causas judiciales, Cristina pierde injerencia en los negocios de la familia Kirchner.

En medio de un laberinto judicial, la familia Kirchner acaba de perder el último resquicio de control que le quedaba en el manejo de sus negocios hoteleros. El juez Julián Ercolini ordenó ayer la intervención de Idea SA, la firma de Osvaldo Sanfelice, que gerenciaba los hoteles Alto Calafate, Las Dunas y La Aldea de El Chaltén.

La intervención por seis meses se da tras un pedido del fiscal Gerardo Pollicita al detectar una serie de irregularidades, entre ellas una deuda de la empresa por más de 2 millones de pesos con Hotesur SA (la empresa propietaria del hotel Alto Calafate). La medida recae sobre Idea SA, propiedad de Sanfelice -socio y administrador de los Kirchner-. Esta firma tuvo como único cliente a los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner. Manejó desde su constitución los tres hoteles después de que Lázaro Báez dejara de hacerlo a través de su empresa Valle Mitre. Las acciones fueron transferidas en partes iguales a Máximo y Florencia Kirchner, procesados por maniobras de blanqueo a través, justamente, del negocio hotelero con el empresario K: éste garantizó 27 millones de pesos a Cristina por el alquiler de Hotesur.

Pollicita había pedido la intervención de Idea, y señaló que por los delitos atribuidos la empresa no debía seguir operando bajo el manejo de Sanfelice, partícipe -según la justicia- de maniobras de blanqueo utilizando, justamente, su propia empresa.