La foto más buscada. Los medios de comunicación tuvieron un breve instante para tomar la imagen de Cristina sentada en el banquillo de los acusados. Ella sólo conversó con su abogado y espió su celular para pasar el mal rato.

 

Tres días después de sacudir el escenario político de Argentina con el anuncio de que será candidata a vicepresidenta en los comicios de octubre, Cristina Fernández se sentó ayer por primera vez en el banquillo de los acusados para enfrentar el primer juicio oral en su contra por corrupción.

El resonante proceso, que se suma a otras causas judiciales por irregularidades durante sus dos presidencias (2007-2015), llega en medio de la campaña electoral que la tiene como principal figura de la oposición y con serias chances de volver al poder. 
Fernández de Kirchner escuchó las acusaciones en su contra, como presunta jefa de una asociación ilícita en el manejo de la obra pública, sentada en la última fila de la sala de audiencias, en el primer juicio oral y público a la actual senadora, por presuntos delitos de corrupción ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 2.

La exmandataria se sentó junto a su abogado Carlos Beraldi, con quien conversó en algunos tramos de la audiencia y se mantuvo distante del resto de los acusados, mientras escuchó la primera parte de la acusación en su contra. Su teléfono celular, al que espiaba regularmente, fue lo único que la sacó del clima anodino que marcó la lectura de las acusaciones, un cuerpo con casi 600 fojas de las cuales apenas llegó a leerse unas 80 en la apertura del juicio. 

La audiencia transcurrió entre las 12 y las 15 en la sala AMIA, la más amplia del edificio de los tribunales federales de Comodoro Py, y luego pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes próximo a las 10: la expresidenta está obligada a volver a concurrir porque continuará la lectura de la acusación.

Todos los acusados son juzgados por los presuntos delitos de ‘asociación ilícita y defraudación a la administración pública‘ a raíz del supuesto direccionamiento del 80 por ciento de la obra pública en Santa Cruz a favor del detenido empresario Lázaro Báez, durante los gobiernos kirchneristas.

La exmandataria se ubicó en la tercera fila de imputados, dos por detrás de los detenidos Lázaro Báez, Julio De Vido (exministro de Planificación Federal) y Carlos Kirchner (exsubsecretario de Estado y primo de Néstor). 

Los restantes acusados, entre ellos, el también detenido exsecretario de Obras Públicas José López (quien tiró los bolsos con los dólares en el convento), se distribuyeron del otro lado de la sala. Detrás del blindex diversas figuras del kirchnerismo le hicieron el aguante.
‘Estén atentos a todo lo que van a oír y a lo que ocurra en este debate‘, expresó el presidente del Tribunal, Jorge Gorini, al dirigirse a los acusados luego de leer uno por uno sus nombres y ubicarlos con la mirada.

Gorini anunció el inicio de la lectura del requerimiento de elevación a juicio de los fiscales que investigaron el caso, Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, y casi de inmediato fue interrumpido por el abogado de De Vido, Maximiliano Rusconi.

En lo que fue el primer fuerte cruce apenas iniciado el debate, Gorini se negó a darle la palabra para efectuar un planteo previo sobre la nulidad del juicio, y el letrado respondió aludiendo a la ‘gravedad‘ del caso. 

El juez tuvo que pedir silencio en la sala y de inmediato comenzó la lectura de la acusación fiscal, que demandará varias jornadas.

De ser hallada culpable de liderar una asociación ilícita que defraudó en millones al Estado al adjudicar obras de infraestructura con sobreprecios durante su gestión, Cristina podría recibir una condena de hasta 10 años. Se espera que el juicio se prolongue al menos por un año. Sin embargo, la actual senadora sumaría fueros como vicepresidenta en caso de que su fórmula gane las elecciones generales, lo que obligaría a someterla a un intrincado juicio político -además del proceso judicial- para que finalmente fuera a prisión. 

 

Las claves

Testigos del riñón

Entre los testigos que serán convocados a declarar están, entre otros, cuatro exjefes de Gabinete de CFK -Juan Abal Medina, Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y Sergio Massa-; el exsecretario Legal y Técnico de la Presidencia Carlos Zannini y el financista "arrepentido" Leonardo Fariña.

Antecedentes

Desde el regreso de la democracia, se registraron siete juicios a tres presidentes de la Nación: cinco fueron para Carlos Menem (1989-1999), uno contra Fernando De la Rúa (1999-2001) y el actual contra la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).

También empresarios

Además deberán comparecer como testigos importantes empresarios del sector de la construcción y la infraestructura, como Angelo Calcaterra -primo del presidente argentino, Mauricio Macri-, Carlos Wagner, Juan Chediak, Enrique Eskenazi y Eduardo Eurnekian.

 

Con el aguante de los conocidos de siempre

La expresidenta Cristina Fernández arribó al edificio de los tribunales federales de Comodoro Py minutos antes de las 12 junto a Beraldi, e ingresó por una puerta lateral sin realizar declaraciones y con solo un breve saludo con la mano a quienes la esperaban para verla. Ya en el hall de acceso a la sala fue aplaudida y saludada por dirigentes kirchneristas, y de inmediato se ubicó junto a Beraldi en asientos en la última fila de la sala, de espaldas al blindex que separa a las partes en el juicio del público.

Dentro de la sala se pudo ver acompañando a Cristina Kirchner a Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo línea Fundadora, a Hebe de Bonafini, presidenta de la asociación Madres de Plaza de Mayo y a Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, además de otras figuras públicas y políticas del kirchnerismo que le hicieron "el aguante".

Así, el sector destinado al público en la planta baja de la sala de audiencias quedó colmado por los referentes K, entre ellos intendentes del Conurbano, como Walter Festa (Moreno), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Gustavo Menéndez (Merlo) y Verónica Magario (La Matanza). También acompañaron el exministro de Trabajo, Carlos Tomada, el exsecretario general de Presidencia, Oscar Parrilli, entre otros. Además lograron ocupar una de las 60 sillas vacantes el precandidato a gobernador bonaerense K y exministro de Economía, Axel Kicillof y los camporistas Eduardo "Wado" de Pedro, Juan Cabandié y el diputado Andrés "Cuervo" Larroque.

La primera audiencia convocada por el Tribunal Oral Federal 2 se inició puntualmente al mediodía y duró casi tres horas. Los medios tuvieron acceso a la sala sólo para tomar unas pocas imágenes del inicio de la jornada. El resto de la audiencia fue transmitida por una señal de la Corte Suprema que arrancó con problemas técnicos: había imagen pero no audio.