La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner siguió con atención las palabras del presidente Alberto Fernández durante el discurso de dos horas en el que el jefe de Estado expuso los resultados de su gestión y profundizó su reclamo de una reforma integral de la Justicia con fuertes cuestionamientos a la Corte Suprema, en la última Asamblea Legislativa de la actual gestión de Gobierno.

La Vicepresidenta se mostró sonriente y distendida al arrancar la sesión, y escuchó con pequeños gestos de aprobación el planteo que hizo el jefe del Estado sobre la existencia de "una estructura que opera de manera coordinada en la que se involucran miembros del Poder Judicial, medios de comunicación y políticos de la oposición", en un accionar que suele ser "apuntalado por servicios de inteligencia".

Ataviada con pantalón y blusa rosados, más el rosario sobre el pecho, infaltable en los últimos tiempos, y un abanico para lidiar con los más de 35 grados de temperatura del exterior, la titular del Senado abrió la asamblea a las 10.40 luego de arribar al Palacio Legislativo en medio de un importante operativo de seguridad, que la acompañó desde la casa de su hija Florencia, en el barrio de San Telmo.

En lo que ya es habitual en las sesiones, la Vicepresidenta bromeó con el jefe de la bancada de senadores del Frente de Todos, José Mayans, en un intercambio ante los micrófonos, al abrir la ceremonia.

Mayans celebró que fueron tres mujeres las que presidieran esta vez la ceremonia, en un hecho sin precedentes, algo que fue correspondido por la Vicepresidenta.

"Las tres, ¿viste? Un aplauso. La primera vez que somos todas mujeres", se sumó Fernández de Kirchner. Acto seguido, dio inicio a los honores para recibir al jefe del Estado.


Cristina Kirchner recibió al jefe del Estado en la explanada de la avenida Entre Ríos junto a la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, y a la presidenta provisional de Senado, Claudia Ledesma.

Luego lo escoltó hacia el Salón Azul del Senado, donde firmó el libro de actas tras saludar a los diputados y senadores miembros de las comisiones de Interior y Exterior.

"Vamos a escuchar el mensaje para dar cuenta del estado de la Nación", expresó la exmandataria ya dentro del recinto, para dar lugar al discurso de Alberto Fernández que se extendió durante dos horas y durante el cual la Vicepresidenta se mantuvo seria y sólo sonrió cuando devolvía algún saludo desde las bancas.

En el tramo del discurso en el que el jefe de Estado afirmó que Cristina Fernández de Kirchner "es perseguida" por la Justicia para su "inhabilitación política", la exmandataria y titular del Senado se mantuvo imperturbable, así como en el pasaje en el que reclamó que la justicia "investigue, juzgue y condene" el intento de asesinato en su contra ocurrido el 1 septiembre pasado.

La Vicepresidenta tampoco hizo gestos cuando Fernández aseguró que ella "es perseguida injustamente" y que él está al lado ante esas circunstancias, y se emocionó durante el homenaje a los ex combatientes de Malvinas, entre los cuales se mencionó especialmente al diputado Aldo Leiva, que participó del conflicto bélico.