La historia data de mediados del siglo XIX, cuando la pequeña Alicia, sentada bajo un árbol y extremadamente aburrida, se encuentra con un conejo blanco con chaqueta, al que decide perseguir hasta dentro de una madriguera y luego se sumerge en un mundo único lleno de fantasías. Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas recolectó fanáticos a lo largo de los siglos. Y uno de ellos resultó ser Martín Pérez, el profesor de inglés de La Plata que fue detenido y acusado de haber abusado de chicos de 9 y 10 años y que tendría decenas de víctimas.

Al margen de su afán por la docencia, Pérez se convirtió en uno de los grandes coleccionistas de la especialidad en la Argentina. Con más de mil piezas y numerosas publicaciones diferentes originales, llegó a ser objeto de entrevista en algunos medios de la capital de la provincia de Buenos Aires.

De hecho, su pasión por la historia fantástica, creada por el escritor británico Charles Dogson, más conocido por su seudónimo Lewis Carroll, también le había permitido brindar talleres y clases a niños sobre el tema.

 Argentina, en la que se rendía tributo al trabajo literario del autor inglés, precisamente quien tenía una obsesión con las imágenes de niñas menores de 15 años.

Pérez fue detenido el martes después de que en octubre se iniciara una investigación por supuesto abuso sexual infantil, a raíz de la denuncia de las familias de cuatro víctimas. Una vez allanado su domicilio y secuestrados objetos como libros, ropa y computadoras, se descubrió que en una de las laptops el hombre había guardado videos en los que se filmaba cometiendo los abusos contra los niños.


Según información oficial, quienes aparecieron en esos documentos audiovisuales no eran los chicos cuyas familias radicaron la denuncia, por lo que se resolvió que Pérez había abusado de al menos otros seis menores.

Como si faltara algo, la propia historia de "Alicia en el País de las Maravillas" también apareció entre las vejaciones: de acuerdo a la investigación oficial, el profesor les enseñaba dibujos a los chicos en los que Alicia misma mantenía relaciones sexuales con otros personajes de la historia.

En el mundo de los fanáticos de Carroll y de su publicación más conocida, Pérez utilizaba el seudónimo de Cheshire Cat Catroll, en homenaje a “Cheshire, el gato”, un personaje que tenía la capacidad de aparecer y desaparecer a voluntad y entretenía a Alicia mediante conversaciones filosóficas.


En su cuenta de Facebook se percibía cómo, al menos a la luz pública, su mundo entero parecía reducirse al "planeta de Alicia". Homenajes de todo tipo a la historia, elogios a Carroll y a las fotografías de chicas que el escritor británico tomaba a mediados del siglo XIX.