Un desayuno tradicional. Como cada año desde hace más de una década, Macri fue a visitar el 24 a la dirigente social Margarita Barrientos, en el comedor Los Piletones del barrio porteño de Villa Soldati.

El presidente Mauricio Macri afirmó ayer que, con las reformas, está haciendo "lo que había que hacer", construyendo "el país que soñamos, ese país donde valga la pena vivir, donde nuestros hijos y nietos puedan crecer y ser felices".

Macri hizo esta reflexión en un mensaje de Navidad, difundido en soporte de audio a través de su canal en Telegram, en el que felicita estas fiestas a los argentinos y envía "un abrazo grande para todos".

"Con Juliana queremos mandarles un beso enorme, desearles feliz Navidad y decirles que tuvimos un año donde todo nos cuesta pero vale la pena", afirma el mandatario.

"Estamos haciendo lo que había que hacer, estamos construyendo el país que soñamos, ese país donde valga la pena vivir, donde nuestros hijos y nuestros nietos puedan crecer y ser felices", añade.

El mensaje empieza en un tono coloquial, en el que el presidente comenta los regalos de Navidad que ha recibido y el mucho turrón que comió en Nochebuena.

"Hola, ¿cómo andan? Espero que hayan recibido algún regalito lindo; yo recibí ropa de deporte, me encantó. Lo único malo es que, como siempre, son noches en las que uno come demasiado, me comí como medio kilo de turrón. Pero acá estoy queriéndoles mandar un cariño muy grande".

Macri afrontó en las últimas semanas el periodo más crítico de sus dos años de mandato, debido a una reforma del sistema de pensiones que se aprobó entre actos de violencia y protestas en las calles.

Asimismo, el Gobierno está ultimando una reforma del sistema impositivo que suscita el descontento de numerosos sectores productivos, aunque busca quitarle presión a los empleadores y a los particulares para generar empleo y reactivar el consumo.

Por otra parte, en la previa de la Navidad, como hace cada año en el día de Nochebuena, Macri visitó el comedor comunitario Los Piletones, que dirige Margarita Barrientos en el barrio porteño de Villa Soldati, acompañado de la primera dama, Juliana Awada, y de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.

Un helicóptero los trasladó hasta Villa Soldati, pero al barrio llegó en auto a las 10, tal como estaba previsto, para desayunar con Barrientos en el centro comunitario donde todos los días se asiste con 2.100 platos de comida, de los cuales 960 son para niños. "Vengo como todos los años, desde hace 11 ó 12 años, antes de Navidad, y espero que siga siendo así, que nada cambie", dijo el presidente al abandonar el comedor, en el único contacto con la prensa que aceptó.

La llegada del Presidente fue precedida por un operativo de seguridad de Gendarmería que comenzó la noche anterior. Macri, su esposa y Stanley caminaron por las estrechas calles que conducen a Plumerillo 3995, donde está ubicado el comedor de Barrientos, que se destaca por su colorida fachada. Barrientos los fue a recibir y caminó con ellos los cien metros que llevan desde la entrada, donde estaba estacionado el auto que los trasladó, hasta la puerta del comedor.

Junto al comedor Los Piletones, funciona también la guardería San Cayetano, el Centro de Salud Ángela Palmisano, un centro de día para abuelos, y una farmacia comunitaria.


 

Llegó al Sur
 

Mauricio Macri llegó ayer al mediodía a la localidad neuquina de Villa La Angostura, donde se quedará junto a su familia unos días para recibir Año Nuevo. Viajó junto a su mujer Juliana Awada y su hija Antonia y desde el aeropuerto de Neuquén se trasladó al barrio "Club Cumelén".