Después de una semana de alta tensión con la provincia de Río Negro que disparó una fuerte polémica y un lógico costo político para el Gobierno nacional, el presidente Alberto Fernández volvió sobre sus pasos ayer sobre la postura del Ejecutivo nacional sobre la violencia mapuche en la Patagonia: ayer, llamó a la gobernadora Arabella Carreras, condenó los ataques de los mapuches contra la propiedad privada y prometió a la mandataria rionegrina ayudar para contener el conflicto.

"Esta tarde me llamó el Presidente de la Nación