Un juez argentino procesó ayer a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y a sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, por presunto lavado de activos y asociación ilícita, en una causa por supuestas irregularidades con empresarios de la obra pública a través de la empresa familiar Hotesur.

El magistrado Julián Ercolini procesó además a Romina Mercado -sobrina de Fernández- y al empresario Lázaro Báez, ya en prisión por otra causa, y ordenó trabar contra todos ellos embargos por sumas de hasta 800 millones de pesos para cada uno. Este es el quinto procesamiento judicial para la actual senadora, con el que se busca saber si la ex familia presidencial recibió pagos por parte de empresarios de obra pública a través de la contratación de habitaciones de un hotel administrado por la firma Hotesur, participada por la expresidenta y sus dos hijos.