La Justicia condenó a una empresa multinacional a indemnizar a un trabajador que fue despedido después de que enviara un correo electrónico al Departamento de Legales denunciando que estaba siendo "presionado" por un superior jerárquico.

La Sala Quinta de la Cámara Laboral consideró que el motivo que adujo la multinacional "no reviste una inconducta tal que autorice por sí solo a disponer derechamente el despido".

El 7 de agosto de 2006, el empleado envió un mail al Departamento de Legales de la empresa explicando que un superior lo había amenazado, que otro había revisado su computadora y finalmente que era "objeto de presiones dentro de la compañía".

Una investigación interna resolvió despedirlo.