Pesquisas. La policía regional vasca (Ertzaintza) dijo que el grupo estaba integrado por una española, un mexicano y cuatro argentinos. Las pesquisas comenzaron el 19 de julio.

La detención de un joven argentino de 17 años en la provincia de Entre Ríos el pasado 11 de agosto permitió frustrar un suicidio colectivo pactado por un grupo de personas residentes en varios países de Europa y Sudamérica en el marco de un caso similar al reto de la "Ballena Azul", informó ayer la policía del País Vasco español, que dirige la investigación internacional.

El joven era el inductor del suicidio colectivo y fue arrestado por la Policía Federal Argentina en su domicilio de San José, Entre Ríos, seis días antes de la fecha pactada para consumar la acción, explicó la Ertzaintza (policía vasca) en un comunicado.

En la habitación del menor, además de materiales informáticos, fueron localizados varios cuchillos y cutters así como gasas impregnadas de sangre. Aunque estos indicios podrían hacer pensar en que el joven se autolesionaba, los expertos dudan de que el detenido quisiera realmente suicidarse por el hecho de introducir varios perfiles falsos en redes sociales.

El joven fue puesto bajo la tutela de especialistas psiquiátricos, precisaron las autoridades españolas. Entre las personas captadas por el grupo se encontraba una joven vasca, así como un mexicano y cuatro argentinos.

La operación movilizó tanto a organismos internacionales, como Interpol, como órganos judiciales y unidades especializadas de investigación de ambos lados del Atlántico.

La investigación continúa abierta para identificar a la totalidad de implicados.


La investigación continúa abierta con el objetivo de identificar a la totalidad de las personas implicadas y descartar la existencia de otros grupos que pudieran haber sido creados por el menor con las mismas intenciones.

La policía vasca destacó que si bien los hechos investigados se asemejan a los que habitualmente se engloban bajo el juego conocido como la "Ballena Azul", también orientado a conseguir el suicidio de otras personas, éste caso tiene una diferencia fundamental, como es la no existencia de fases progresivas en las que la víctima se encamina individualmente hacia la muerte. Aquí, por el contrario, el inductor trata de lograr el compromiso del grupo para consumar de manera conjunta el suicidio de todos, señalaron los investigadores. Las pesquisas comenzaron el pasado 19 de julio, cuando agentes de investigación criminal de la Ertzaintza detectaron en las redes la llamada al suicidio pactado de un grupo de personas, que en principio iba a tener lugar a finales del presente año. En esa fecha, allegados a la joven vasca detectaron en la red social Instagram conversaciones extrañas en las que se hablaba de autolesiones. Poco después, los agentes vascos detectaron que el gestor del grupo había adelantado la consumación de los suicidios al 17 de agosto, aniversario del fallecimiento de una persona allegada suya. Ante este descubrimiento, los expertos procedieron a analizar los rastros dejados por el grupo en las redes, para lo que remitieron solicitudes urgentes de información a las distintas empresas suministradoras de servicios de Internet. La colaboración de las mismas permitió finalmente identificar al inductor del suicidio. Agencias