Jueves 5 de noviembre de 2020. En el interior de la Clínica Olivos Diego Armando Maradona descansa en una de las habitaciones de la operación de cabeza que le realizaron 48 horas antes y su recuperación parece ser favorable. En simultáneo, en una oficina de otro piso del sanatorio se da una reunión fundamental entre parte del staff del centro médico, las hijas del Diez y dos de las personas más importantes en el cuidado de la salud del astro del fútbol: el cirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov. El contenido de lo que se habló allí, las conclusiones y los detalles de lo conversado figuran en la historia clínica electrónica de Maradona, quizás, el documento más importante que tienen en sus manos los fiscales. Infobae accedió en exclusiva a ese documento revelador en el que se habla de quiénes son los médicos de cabecera, de los riesgos que corría Maradona y las advertencias de la clínica que fueron desoídas.

Todo lo que aconteció en la reunión de aquel jueves quedó plasmado en la historia del paciente de la Clínica Olivos con lujo de detalles. La información se cargó a las 19.21 de ese mismo día en un documento del paciente “Gómez, Ariel”, el nombre ficticio que había elegido en el sanatorio para que nadie pudiera ver la información de Maradona internamente. También se utilizó un DNI y una fecha de nacimiento falsas. Lo que sí es correcto es el día en que se internó, el 3 de noviembre.

La historia clínica de Diego Maradona bajo el alias de Ariel Gómez

En el primero de los párrafos se especifica quiénes son las personas que participaron de ese encuentro: “En la fecha se produce una reunión entre los familiares del paciente (hijas), el Dr. Leopoldo Luque (médico de cabecera), la psiquiatra de cabecera del paciente (Dra. Cosachov), el Dr. Pablo Dimitroff (Director de CLIO) y quien suscribe, Fernando Villarejo, jefe médico de Unidad de cuidados Intensivos”.

Aquí surge el primer dato que llamó la atención en la fiscalía de San Isidro y desmentiría lo que vienen negando tanto Luque como Cosachov. A los dos se los menciona, en sus respectivas especialidades, como “médicos de cabecera” de Maradona.

“Esto es fundamental para la causa porque estamos hablando de un documento central que los menciona directamente como los responsables de la salud de Maradona. No estamos hablando de un papel cualquiera sino directamente de la historia clínica del paciente. Evidentemente para el médico que firma no hubo dudas de que ambos eran los médicos de cabecera”, explican en los tribunales de San Isidro.

En el punto uno del documento se lee: “Habida cuenta del estado general del paciente (síndrome de abstinencia alcohólica y de drogas no indicadas médicamente) que configura por su característica riesgo para su vida y para los demás, se decide iniciar tratamiento con drogas sedantes parenterales, bajo el protocolo de tratamiento de síndrome de abstinencia”.

En este parte se aclara que de común acuerdo se decidió iniciar el tratamiento de sedantes. La palabra “parenterales” refiere al método en que se le iba a suministrar. No se aclara qué tipo de sedantes se le iban a dar ni en qué cantidades.

En el punto 2 del documento está, para los investigadores, lo más trascendental y que dejaría al descubierto la responsabilidad de Luque y Cosachov al momento del alta de la clínica apenas 6 días después, el 11 de noviembre.

Dice el texto: “Todos los presentes entienden los riesgos a los que se expone el enfermo si no se somete al tratamiento requerido y se explicita claramente que por las características del paciente en particular también hay riesgos de no tener éxito inmediato con la administración de las drogas indicadas y que a su vez éstas, aún a dosis controladas y con monitoreo adecuado pueden deprimir la conciencia y el drive respiratorio de modo que el paciente pueda necesitar apoyo ventilatorio y asistencia nutricional. Se explicita asimismo las complicaciones eventuales de estas condiciones”.

“Esta parte del documento es de una claridad brutal sobre los riesgos que corría Maradona. Para que se entienda, la clínica le está diciendo a los médicos de cabecera que el tratamiento puede ser peligroso aun con dosis controladas, con monitoreo, apoyo ventilatorio y asistencia nutricional. De todo esto, en la casa de Tigre, no había absolutamente nada”, cuenta uno de los investigadores a Infobae.

El documento de la historia clínica de Maradona se completa con tres puntos más. En el tercero se específica que “debido a que el paciente se interna involuntariamente, las hijas y los médicos de cabecera asumen los riesgos de la internación bajo estos términos para no tener que judicializar el proceso de internación. Los médicos tratantes lo dejaran asentado en la Historia Clínica”.

Si bien no se especifica quién decidió el tipo de sedantes y las cantidades, los investigadores entienden que Cosachov, como psiquiatra, no podía estar ajena a esta situación y debía conocer qué se le estaba dando a Maradona. Misma situación corre para Luque, ya que, aparentemente, trabajaban en conjunto.

En el final del documento el médico Villarejo, jefe de la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Olivos, y quien suscribe el escrito aclara en el punto 4: “No se puede presumir a la fecha el tiempo que demandará lograr controlar el proceso de abstinencia”. Y concluye en el 5: “Debido a las condiciones de pandemia contextuales, se deja claro a médicos y familiares que si bien requeriremos contar con la presencia de familiares y allegados para llevar a cabo el proceso de rehabilitación, siempre se deberá reducir el riesgo de contacto social y deberá haber en la habitación del paciente, el menos número de personas posibles”.

Nada de esto se extendería en el tiempo, ya que el 11 de noviembre, es decir 6 días después de estas advertencias y recomendaciones Maradona fue llevado a una casa en la que, según confirmaron los fiscales, no contaba con ninguna de las medidas de cuidado que necesitaba.

Este documento se suma a otras pruebas que existen en el expediente contra Luque y Cosachov. Algunas de ellas son mensajes y audios de whatsapp que fueron extraídos de los peritajes electrónicos de los teléfonos de ambos profesionales.

Para seguir sumando pruebas, en los próximos días será citado a los tribunales de San Isidro a aportar documentación el ex médico de Maradona Alfredo Cahe. Los fiscales encabezados por John Broyad le pedirán que aporte todo lo referido a las historias clínicas de años anteriores. Una vez que se reúna todo el material necesario se citara a una junta médica que evaluará la documentación y ayudará a los investigadores a entender los temas más técnicos de la medicina.

A partir de ahí podrían empezar las imputaciones, indagatorias y procesamientos.