Con un principio de acuerdo con bloques opositores, comenzó el plenario de comisiones en donde el oficialismo intentará lograr dictamen para la nueva Ley Bases y la reforma fiscal, e impulsar su tratamiento en el recinto Diputados el próximo lunes en busca de la media sanción.

Se prevé una jornada extensa y, en negociaciones de último momento, el oficialismo y parte de la oposición acordaron retirar al Banco Nación de la lista de empresas a privatizar y repusieron los impuestos al tabaco.

Uno de los primeros oradores fue Cristian Castillo, del FIT, quien reclamó no haber tenido el texto para discutir las iniciativas. “Ahora ese quieren apurar porque saben que está creciendo la movilización en la calle”, afirmó. Luego fue el turno de Silvia Lospenatto (PRO), que replicó las críticas de la izquierda y de los legisladores de Unión por la Patria: “Lo que no ganan por los votos no lo van a ganar por la violencia y la agresión”, señaló.

A su turno, Juan Manuel López sostuvo: “Este Congreso está en deuda. Pido que algún producto decente saquemos lo antes posibles, ya sea con la Ley Bases o lo pendiente en el Senado. Que no salga una ley es hacerle el juego a un presidente que ayer nos dijo que la tiremos porque en algún rasgo de su personalidad juega al autobiocot”.

Aunque hay un acuerdo bastante encaminado, persisten las diferencias en puntos claves de la discusión. El oficialismo decidió sumar la reforma laboral dentro de la ley ómnibus que propuso el radicalismo, pero que no cuenta con el consenso de Hacemos Coalición Federal y del PRO. La propuesta radical es mucho más “dura” que lo que el resto de los bloques están dispuestos a aceptar y eso podría complicar las discusiones y, sobre todo, retrasar el ambicioso cronograma que estableció la Casa Rosada, que quiere todo aprobado antes del 25 de Mayo.

Buena parte de la discusión de hoy se centrará en este punto. Miguel Ángel Pichetto, líder de HCF, amenazó con no votar nada del paquete, principalmente por estar en desacuerdo con algunos puntos que causarían un enfrentamiento directo con el sindicalismo. Por ejemplo, la eliminación de la cuota solidaria que los gremios cobran obligatoriamente a los no afiliados a través de los convenios colectivos.

Pero no son los únicos que se oponen. Los amarillos, comandados por Cristian Ritondo, también se opusieron. “El PRO no puede seguir apoyando al gobierno si ni los propios diputados de LLA ni el Presidente de la Cámara están sentados en la mesa de negociación. No podemos ayudar si ellos no escuchan y negocian con el radicalismo”, señalaron a Infobae desde el PRO.

En medio de este tironeo, que hace oscilar a los dialoguistas entre el apoyo y las críticas, el radicalismo también busca hacer valer su peso y plantó su amenaza en el medio de las conversaciones. La bancada que conduce Rodrigo de Loredo advirtieron que si no se avanzaba con su proyecto de reforma laboral, no solo no iban a aportar sus votos, sino que se iban a oponer a la Ley Bases al momento de la votación.

El radicalismo también enfrenta disputas internas. Tanto es así que el proyecto que le llevaron a la Casa Rosada, y que en un principio habían comprado llave en mano -ese fue el acuerdo, por eso ahora no quieren aceptar ninguna modificación-, es diferente al que había presentado el senador Martín Lousteau, presidente de la UCR.

Todos los puntos que generaron discusión quedaron afuera, por lo que el radicalismo llevaría un dictamen en disidencia. En ese escenario, se prevé que hoy se tenga un dictamen del oficialismo, otro de Unión por la Patria, un tercero con la disidencia del radicalismo, un cuarto del Frente de Izquierda y un último dictamen de un sector de Hacemos Coalición Federal.

Por último, y en búsqueda de los votos de Innovación Federal conformado por diputados de provincias yerbateras como Misiones, acordaron incluir en el dictamen nuevamente todo el capítulo de impuestos al tabaco tal cual estaba en la Ley de Bases original.

INFOBAE